Rusia y Ucrania han intercambiado alrededor de 200 prisioneros de guerra cada uno, dijeron los países el miércoles, a pesar de las tensiones derivadas del accidente de la semana pasada de un avión de transporte militar que, según Moscú, transportaba prisioneros de guerra ucranianos y fue derribado por las fuerzas de Kiev. El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que los países intercambiaron 195 prisioneros de guerra cada uno. Después de que se hiciera pública la declaración, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, dijo que 207 ucranianos habían sido liberados. No hubo una explicación inmediata para las diferentes cifras.
Entre los ucranianos liberados se encontraban miembros de las fuerzas armadas, la Guardia Nacional, el Servicio de Fronteras y la policía nacional, dijo Andrii Yermak, jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania. Añadió que algunos de ellos habían sido capturados mientras defendían Mariupol, Azovstal y la Isla de las Serpientes.
El ejército ruso dijo, sin proporcionar detalles ni pruebas, que los prisioneros de guerra rusos que fueron intercambiados el miércoles enfrentaban un peligro mortal en cautiverio y serán trasladados en avión a Moscú para recibir tratamiento y rehabilitación.
Moscú había dicho que 65 prisioneros de guerra ucranianos estaban a bordo del transporte militar que se estrelló el 24 de enero. Los funcionarios ucranianos confirmaron que ese día debía realizarse un intercambio y fue cancelado, pero dijeron que no habían visto evidencia de que el avión transportara a los prisioneros de guerra.
Al reunirse con su personal de campaña en Moscú mientras intensifica su campaña para la reelección, el presidente Vladimir Putin dijo que los investigadores rusos concluyeron que Ucrania utilizó sistemas de defensa aérea Patriot suministrados por Estados Unidos para derribar el avión de transporte. Los funcionarios ucranianos no negaron el derribo del avión, pero no asumieron la responsabilidad y pidieron una investigación internacional.
Putin dijo que Rusia no solo daría la bienvenida, sino que insistiría en una investigación internacional sobre lo que describió como un “crimen” cometido por Ucrania.