Un equipo médico de Japón planea llevar a cabo un trasplante de riñón del feto de un cerdo a un bebé nonato, en lo que constituiría el primer ensayo clínico de este tipo.
El equipo, liderado por el profesor Takashi Yokoo de la Universidad de Medicina de Jikei de Tokio, solicitará durante este año la aprobación del comité estatal que regula nuevos procedimientos médicos, según explicó en una comparecencia ante los medios.
Al mismo tiempo, el grupo de especialistas que también incluye a responsables del Centro Nacional de Salud y Desarrollo de los Niños llevará a cabo consultas y conferencias abiertas al público con vistas a abordar los aspectos éticos relacionados con el ensayo clínico.
El objetivo del trasplante experimental es tratar la patología conocida como la secuencia de Potter, que entre otros problemas da lugar a defectos renales en el bebé durante el período fetal que impiden la producción de orina y puede resultar en fallos pulmonares, desórdenes de desarrollo o malformaciones.
De lograr la luz verde de las autoridades competentes, el procedimiento consistiría en trasplantar un riñón de dos milímetros de un cerdo también de período fetal, en concreto de unos 30 días tras su fertilización.
El órgano del cerdo sería inyectado de forma hipodérmica en la espalda del bebé unas cuatro semanas antes de la fecha prevista para su nacimiento, lo que se espera que permita su producción de orina, según el equipo médico.
Tras el nacimiento del bebé, la orina producida por el nuevo riñón sería descargada por un tubo insertado en la espalda del bebé, y más adelante se retiraría el órgano trasplantado y se sometería al lactante a un tratamiento de diálisis.
El trasplante sería el primero llevado a cabo en Japón de un animal a un humano.
En Estados Unidos se han llevado a cabo procedimientos parecidos, aunque no en nonatos, como el trasplante de un riñón de cerdo genéticamente modificado a un cuerpo humano en 2021 o dos de corazones de cerdo a personas, el último de ellos el año pasado.
El rechazo de los receptores es uno de los mayores desafíos en los trasplantes de órganos entre diferentes especies (xenotrasplantes), aunque en este caso el equipo médico nipón considera que existe un riesgo reducido al proceder de un feto animal.
El responsable del proyecto afirmó que este método experimental puede conllevar mayores esperanzas de supervivencia para bebés que no tienen otras opciones de tratamiento para patologías poco frecuentes.
Yokoo también señaló que el procedimiento solo se llevará a cabo tras examinar con detenimiento la seguridad del mismo y contar con la certeza de que será “socialmente aceptable”.