El líder norcoreano, Kim Jong-un, reiteró que no desea entablar diplomacia con Corea del Sur y que el Norte aniquilaría a su rival si se lo provoca, dijeron los medios estatales, en la última de sus declaraciones beligerantes que están aumentando las tensiones en la región.
Durante una visita al Ministerio de Defensa de Corea del Norte el jueves, Kim Jong-un dijo que sus recientes medidas para cortar los lazos con Corea del Sur permiten a su ejército adoptar una postura más agresiva al garantizar la legalidad de atacar y destruir al Sur cuando sea necesario.
Las tensiones en la Península de Corea han aumentado en los últimos meses, con Kim Jong-un elevando sus demostraciones de armas y amenazas y Estados Unidos, Corea del Sur y Japón fortaleciendo sus ejercicios militares combinados en respuesta.
Si bien la mayoría de los funcionarios y expertos surcoreanos han minimizado la posibilidad de que Kim tenga una intención real de participar en una guerra, las preocupaciones sobre una provocación militar directa han aumentado a medida que el Norte podría intentar aumentar la presión en un año electoral en Corea del Sur y Estados Unidos.
La Agencia Central de Noticias oficial de Corea del Norte informó que Kim Jong-un dijo que tomó la iniciativa para deshacerse de la pretensión poco realista de diálogo y cooperación con los títeres surcoreanos que buscaban el colapso de nuestra república. La agencia dijo que Kim Jong-un en su visita al ministerio estuvo acompañado por su hija, que se cree que se llama Kim Ju Ae, quien algunos expertos creen que está siendo preparada como una futura líder.
Los comentarios de Kim Jong-un se produjeron semanas después de que declarara ante su parlamento formal que Corea del Norte estaba abandonando su antiguo objetivo de una unificación pacífica con Corea del Sur y ordenara reescribir su constitución para consolidar al Sur como su adversario extranjero más hostil.
Desde entonces, el Norte ha cerrado departamentos gubernamentales que manejaban asuntos con el Sur, derribó un importante monumento a la unificación y abolió leyes que habían regido proyectos económicos anteriores con el Sur.
Los expertos dicen que los intentos de Kim Jong-un de recalibrar las relaciones con el Sur, que se producen en medio de una ola de pruebas de armas potencialmente nucleares dirigidas a rivales vecinos y a Estados Unidos, tienen como objetivo reducir la voz de Seúl y eventualmente forzar negociaciones directas con Washington sobre el enfrentamiento nuclear.
Su objetivo a largo plazo es obligar a Estados Unidos a aceptar la idea de que Corea del Norte sea una potencia nuclear y negociar concesiones económicas y de seguridad desde una posición de fuerza.
Otros dicen que Kim Jong-un podría querer aumentar las tensiones con Corea del Sur para mantener una sensación de amenaza externa para su audiencia interna. Recientemente, el gobierno de Kim Jong-un ha estado fortaleciendo campañas para eliminar la influencia de la cultura y el idioma pop de Corea del Sur entre su población, lo que él puede considerar beneficioso para reforzar la identidad nacional del Norte y prolongar el gobierno dinástico de su familia.