Lituania decidió sellar otros dos de sus seis puestos de control con Bielorrusia a partir del próximo mes, en medio de crecientes tensiones con su vecino oriental, aliado de Rusia. Esto eleva a cuatro el total de cruces fronterizos cerrados hacia el país báltico. Los puestos de control de Lavoriskes y Raigardas dejarán de funcionar el 1 de marzo, ya que todo el tráfico se desviará a los dos restantes en los pueblos de Medininkai y Salcininkai. Vilna también decidió suspender la circulación de peatones y ciclistas en los últimos puestos de control restantes.
Las tensiones en las fronteras de la OTAN y la Unión Europea aumentaron después de que Bielorrusia acogiera a miles de mercenarios militares de Rusia. También ha sido acusado de empujar a inmigrantes africanos y de Medio Oriente hacia Europa, a pesar de que se han puesto diversas formas de barreras.
La decisión del miércoles fue impulsada por los riesgos asociados con el aumento de las actividades de los servicios de inteligencia y seguridad bielorrusos contra Lituania y nuestros ciudadanos, dijo a los periodistas la ministra del Interior de Lituania, Agnė Bilotaitė.
“Se necesitan grandes recursos para controlar los flujos, prevenir el contrabando, garantizar sanciones internacionales y reducir los riesgos para la seguridad del tráfico”, añadió.
Según un comunicado del Ministerio del Interior, también se reducirá gradualmente el número de permisos concedidos a las compañías bielorrusas y lituanas que operan servicios regulares de autobuses internacionales de pasajeros.
Unos 3,9 millones cruzaron la frontera entre Lituania y Bielorrusia a través de puestos de control fronterizos el año pasado, el 66% de los cuales eran ciudadanos bielorrusos.
En agosto de 2023, Lituania cerró dos pasos fronterizos por motivos similares.