Después de que Tailandia se convirtiera en el primer país del sudeste asiático en liberar el uso medicinal en 2018, y luego el uso recreativo en 2022, han surgido decenas de miles de tiendas de cannabis en una industria que se prevé tendrá un valor de hasta 1.200 millones de dólares el próximo año.
Los críticos dicen que se apresuraron y adoptaron reglas poco sistemáticas una semana después de la despenalización, y que el gobierno ha redactado una nueva ley para regular el consumo de cannabis que se espera que entre en vigor a finales de año.
El proyecto de ley pasará al gabinete para su aprobación el próximo mes antes de pasar al parlamento para ser aprobado antes de fin de año, dijo el ministro de Salud, Cholnan Srikaew.
Cholnan afirmó que sin una ley que regule el cannabis, se hará un mal uso, el abuso de esta tiene un impacto negativo en los niños tailandeses, que podría conducir a otras drogas.
El gobierno anterior no logró impulsar la legislación en el parlamento antes de las elecciones generales de mayo pasado, dejando a Tailandia sin una ley general que regule su uso.
A las tiendas de cannabis que operen ilegalmente no se les permitirá continuar, mientras que también se desalentará el cannabis de cosecha propia, añadió Cholnan, quien cifró el número de tiendas registradas legalmente en 20.000.
En la nueva ley, el cannabis será una planta controlada, por lo que su cultivo requeriría permiso, afirmó, adema de apoyar su cultivo para la industria médica y sanitaria.
El proyecto de ley especifica una multa de hasta 60.000 bahts (1.700 dólares) para uso recreativo, mientras que quienes vendan cannabis para dicho uso y participen en la publicidad o comercialización de cogollos, resina, extractos o dispositivos para fumar se enfrentan a penas de cárcel de hasta un año, o una multa de hasta 100.000 bahts (2.800 dólares) o ambas.
También endurece el castigo para el cultivo de cannabis sin licencia, con penas de cárcel que van de uno a tres años y multas de 20.000 bahts (560 dólares) a 300.000 bahts (8.000 dólares).
La importación, exportación, cultivo y uso comercial de cannabis también requerirán permisos ahora, añadió el ministro.
El gobierno, reconociendo el beneficio económico de la industria del cannabis, daría tiempo a las empresas para adaptarse a la nueva regulación, dijo Cholnan.
Estas tiendas podrían operar hasta que expiren sus licencias y convertirse en clínicas legales de cannabis si siguen las nuevas reglas, dijo Cholnan, y agregó que la nueva regulación no tendría impacto en el turismo.