Este martes Texas logró una importante victoria, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia se pronunció a favor del estado avalando la entrada en vigor de una ley que permite a la policía detener y expulsar a migrantes sospechosos de ingresar de forma irregular a Estados Unidos.
La legislación, la SB4, podrá entrar en vigor mientras se escuchan los argumentos de una demanda entablada por el gobierno del presidente Joe Biden y organizaciones defensoras de los migrantes.
El caso llegó al máximo tribunal después de una batalla legal emprendida por la administración Biden y defensores de los inmigrantes encabezados por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), que alegan que la iniciativa es inconstitucional.
Los demandantes habían pedido al Supremo que detuviera la implementación de la medida mientras se dirimía el caso en el Quinto Circuito de Apelaciones. El lunes, el juez Samuel Alito había bloqueado la ley de forma indefinida a espera que el pleno votará sobre esta solicitud.
Este martes los seis jueces conservadores votaron a favor de Texas, permitiendo que la ley entre en efecto mientras se da un fallo final en el caso. El Supremo actual está conformado por seis jueces conservadores, contra tres liberales, que se opusieron a la decisión.
Kagan señaló que la ley de Texas parece entrar en conflicto con la ley federal, subrayando que “el tema de la inmigración en general, y la entrada y expulsión de no ciudadanos en particular, son asuntos que desde hace mucho tiempo se consideran competencia especial del gobierno federal”.
La vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, externó el rechazo del gobierno a la decisión del Supremo. “Estamos fundamentalmente en desacuerdo con la orden del Tribunal Supremo que permite la entrada en vigor de la ley dañina e inconstitucional de Texas. La S.B. 4 no sólo hará que las comunidades de Texas sean menos seguras, sino que también supondrá una carga para las fuerzas del orden y sembrará el caos en nuestra frontera sur”.
La ley, una de las medidas antiinmigrantes más drásticas en la historia de Estados Unidos, convierte en delito menor el que un extranjero “ingrese o intente ingresar al estado desde una nación extranjera” de forma irregular. La falta se convierte en un crimen grave, punible hasta con 20 años de prisión, si el infractor es reincidente.
La iniciativa también permite que la Justicia estatal ordene la expulsión de personas sin mediar proceso legal. Asimismo, los oficiales de policía podrán arrestar a cualquier individuo del que sospechen que ingresó ilegalmente al país, y tendrán la facultad discrecional de expulsarlo a México en vez de arrestarlo.
Inicialmente, la medida promovida por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, debía entrar en vigor el pasado 5 de marzo, pero un juez federal se puso del lado de los demandantes y la prohibió.