Los vendedores ambulantes en Bamako, la capital de Malí, venden bolsitas de agua, omnipresentes en esta parte de África occidental durante los meses más calurosos. Este año, una ola de calor sin precedentes ha provocado un aumento de las muertes, dicen los expertos, advirtiendo que se avecinan más condiciones climáticas abrasadoras a medida que los efectos del cambio climático azoten el continente.
La ola de calor comenzó a finales de marzo, cuando muchos en este país de mayoría musulmana observaron el sagrado mes islámico del Ramadán con ayuno desde el amanecer hasta el anochecer.
El jueves, las temperaturas en Bamako alcanzaron los 44 grados Celsius y los pronósticos meteorológicos dicen que no disminuirán pronto.
El Hospital Gabriel-Touré de la ciudad informó 102 muertes en los primeros cuatro días del mes, en comparación con 130 muertes en todo abril del año pasado. Se desconoce cuántas de las muertes se debieron al clima extremo, ya que dichos datos no pueden hacerse públicos según las regulaciones impuestas por los gobernantes militares del país.
Cheikh A Traoré, director general de salud de Mali, dijo que durante este período han muerto significativamente más personas mayores, aunque no había estadísticas disponibles debido a las medidas.
El Centro Climático de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dice que la falta de datos en Mali y otros países de África occidental afectados por la ola de calor de este mes hace imposible saber cuántas muertes relacionadas con el calor hubo, pero estimó que el número de muertos probablemente fue de cientos si no miles.
El calor también está poniendo en peligro a los niños ya vulnerables de Mali: 1 millón de menores de 5 años corrían riesgo de desnutrición aguda a finales de 2023 debido a la violencia prolongada, el desplazamiento interno y el acceso restringido a la ayuda humanitaria, según el Programa Mundial de Alimentos.
El profesor Boubacar Togo, jefe de pediatría del Gabriel-Touré, dijo que el hospital ha tenido seis casos de meningitis en niños en la última semana, una cifra inusualmente alta. También agregó que hay muchas enfermedades que tienen como síntoma principal la diarrea. Togo no dio más detalles ni ofreció datos específicos.
Para proteger a los niños de lo peor del calor, los gobernantes militares de Malí han acortado la jornada escolar, para que termine antes de la 1 p.m. en lugar de a las 17.30 horas durante la ola de calor. Pero en las calles de Bamako, los trabajadores dicen que no tienen más opción que salir y enfrentar el calor extremo.
Un análisis publicado el jueves por World Weather Attribution, un equipo internacional de científicos que analiza cómo el cambio climático inducido por el hombre afecta el clima extremo, dijo que la última ola de calor en el Sahel, una región de África al sur del Sahara que sufre sequías periódicas, es más que un simple récord en Malí.
Los investigadores dicen que el cambio climático ha elevado las temperaturas máximas en Burkina Faso y Mali en 1,5 grados Celsius, algo que tal vez no hubiera sucedido si los humanos no hubieran calentado el planeta quemando combustibles fósiles.