La Evaluación Nacional de las Drogas 2024 elaborada por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), da a conocer que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantienen presencia en la totalidad de Estados Unidos.
La agencia señala que ello ha derivado en la peor crisis de drogas en la historia de ese país y expone que las organizaciones criminales trasnacionales son los grupos más poderosos y más peligrosos en México. “
En su reporte presentado este jueves, mencionan que están involucrados en el tráfico de armas, lavado de dinero, tráfico de migrantes, tráfico sexual, sobornos, extorsión y otra serie de crímenes, con alcance global y mercados en Europa África, Asia y Oceanía.
Puntualiza que son más fuertes en los estados fronterizos, como Texas, Arizona, California y Nuevo México, además de representar fuerte peligro en Florida, Nueva York y Washington DC .
En México, indica, “operan laboratorios clandestinos, donde fabrican estas drogas, y luego utilizan sus vastas redes de distribución para transportarlas a Estados Unidos. Cuentan con socios en Estados Unidos para distribuir las drogas al por menor en las calles y en las redes sociales”.
Si en el pasado el papel principal de China era como proveedor de precursores, el informe habla de un nuevo rol: “los cárteles utilizan organizaciones chinas para trasladar sus beneficios de Estados Unidos a México. Las organizaciones de narcotraficantes con sede en México y Sudamérica utilizan cada vez más los sistemas bancarios clandestinos de China como principal mecanismo de blanqueo de capitales”.
El informe habla también de la estructura interna de los cárteles. El de Sinaloa, por ejemplo, no tiene un líder. “En su lugar, el cártel ‘paraguas’ abarca cuatro organizaciones pero que cooperan entre sí”: Los Chapitos, el grupo de Ismael “El Mayo” Zambada, el de Aureliano “El Guano” Guzmán Loera (hermano de El Chapo) y el grupo de Rafael Quintero.
Este cártel, afirma, fue el “pionero de la amenaza más mortífera a la que se ha enfrentado jamás Estados Unidos”: el fentanilo. Y en este mercado, es dominante.
El principal proveedor de precursores, tanto de fentanilo como de metanfetaminas, es China.
Controla por completo el Puerto de Mazatlán, en Sinaloa, pero también “mantiene contactos logísticos y gubernamentales corruptos en otros puertos marítimos de ambas costas de México”.
Respecto al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la agencia de control de drogas estadounidense lo describe como un “modelo de franquicia”. El cártel está bajo la supervisión de Rubén “El Mencho” Oseguera-Cervantes y un pequeño grupo de comandantes de alto nivel que dependen directamente de él.
Una parte importante del cártel opera en la frontera con California, “que proporciona acceso al punto de entrada de San Ysidro -el paso fronterizo más transitado del hemisferio occidental- y al punto de entrada de Otay Mesa. El cártel de Sinaloa también organiza envíos de metanfetamina y fentanilo para su cruce en las zonas de Mexicali y Tijuana (Baja California). Según informes de la DEA, Los Chapitos prefieren utilizar el puente de Ysleta-Zaragoza para pasar de Juárez (Chihuahua) a El Paso (Texas)”.
Destaca que el cártel “puede operar libremente en algunas partes de México porque cuenta con una red de contactos corruptos entre las fuerzas del orden, el ejército y la política”. Y recuerda el caso del exsecretario mexicano de Seguridad, Genaro García Luna, detenido en Estados Unidos, donde se le acusa de tráfico de drogas.
Opera en al menos 57 países en el mundo. China, además de su proveedor, es destino de tráfico de metanfetaminas, que también suministra a países asiáticos como Tailandia, y a países como Australia y Nueva Zelanda, “donde el coste de la metanfetamina -y, por tanto, el beneficio para el cártel- es mucho mayor que en Estados Unidos”, según el informe.
En Sudamérica, el cártel de Sinaloa intermedia en la introducción en México de cargamentos de miles de kilogramos de cocaína destinados al mercado estadounidense, o a Europa, Australia y Nueva Zelanda. “Países de toda América Central y del Sur albergan contingentes permanentes de miembros del cártel de Sinaloa que coordinan los envíos de cocaína o la importación de precursores químicos para su traslado a México”.