La agencia alimentaria de la ONU estimó que las lluvias estacionales inusualmente intensas en Afganistán han dejado más de 300 muertos y miles de casas destruidas, la mayoría de ellas en la provincia norteña de Baghlan, que sufrió la peor parte de las inundaciones del viernes. Entre al menos 240 personas muertas hay 51 niños, según UNICEF, uno de varios grupos de ayuda internacional que están enviando equipos de socorro, medicinas, mantas y otros suministros. La Organización Mundial de la Salud dijo que entregó 7 toneladas de medicamentos y botiquines de emergencia.
El grupo de ayuda Save the Children dijo que unas 600.000 personas, la mitad de ellas niños, viven en los cinco distritos de Baghlan que se han visto gravemente afectados por las inundaciones. El grupo dijo que envió una clínica sobre ruedas con equipos móviles de salud y protección infantil para apoyar a los niños y sus familias.
“Se han arrasado vidas y medios de subsistencia”, afirmó Arshad Malik, director nacional de Save the Children. “Las inundaciones repentinas arrasaron aldeas, arrasaron casas y mataron ganado. Los niños lo han perdido todo. Las familias que todavía se están recuperando de los impactos económicos de tres años de sequía necesitan ayuda urgentemente”.
Dijo que Afganistán era el país menos preparado para hacer frente a los patrones del cambio climático, como las lluvias estacionales más intensas, y necesita ayuda de la comunidad internacional.
Al menos 70 personas murieron en abril a causa de las fuertes lluvias e inundaciones repentinas en el país, que también destruyeron unas 2.000 viviendas, tres mezquitas y cuatro escuelas.