Miles de manifestantes se concentraron este martes en el principal aeropuerto de Israel, el Ben Gurion, en Tel Aviv, para expresar su rechazo al avance de la reforma judicial propuesta por el Gobierno del país.
Los activistas tocaron tambores, corearon eslóganes y ondearon banderas nacionales. Asimismo, los manifestantes sostuvieron pancartas que lucían lemas como: “Salven a nuestra nueva nación”, “Oponerse a la dictadura” o “La democracia ganará”, recoge The Times of Israel.
La protesta derivó en enfrentamientos con la Policía, que intentó evitar que los manifestantes interfirieran en las operaciones del aeropuerto. Además, los agentes procuraron impedir que la multitud ocupara las vías de acceso al aeropuerto, pero algunas personas lograron atravesar las áreas acordonadas.
El comisionado de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, explicó que los manifestantes fueron desviados hacia una zona “donde tienen derecho a protestar” y también se les permitió bloquear una carretera para aliviar la aglomeración.
Sin embargo, los reportes indican que los agentes emplearon violencia física contra los activistas, incluso agarrándolos por el cuello, para forzarlos a entrar en el área de protestas permitidas. Asimismo, en otros lugares del país, incluida la ciudad de Tel Aviv, los oficiales utilizaron cañones de agua y arremetieron con caballos para dispersar a la multitud, métodos que provocaron algunos heridos.
La Policía informó sobre el arresto de al menos 77 personas, incluyendo siete detenidos en el aeropuerto por incidentes de disturbios públicos. Hasta ahora, al menos 45 ya fueron liberadas. No obstante, Shabtai negó que los agentes hayan usado fuerza excesiva para controlar la marcha. “Tuvimos éxito en salvaguardar el derecho a protestar y equilibrar la libertad de protesta y la libertad de movimiento tanto como fue posible”, aseguró.
El descontento social volvió a cobrar fuerza tras la aprobación inicial, el 10 de julio, de una ley dirigida a limitar las competencias de control de la Corte Suprema, restringidas por parte de la Knéset, el Parlamento unicameral del país. Esta directiva forma parte de un paquete de reformas judiciales propuestas por la coalición gubernamental encabezada por el primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, y compuesta de su partido Likud y sus aliados ultranacionalistas y ultraortodoxos.
Las manifestaciones comenzaron hace casi seis meses y continúan hasta el día de hoy, con miles de israelíes protestando en las ciudades grandes en un marco de descontento nacional.
El proyecto de ley, impulsado por la coalición de Benjamín Netanyahu, otorgaría al Gobierno una influencia decisiva en la selección de los jueces, limitando el alcance de la Corte Suprema para derogar leyes o fallar en contra del Ejecutivo.