El número de muertos por las graves inundaciones que castigan desde hace dos semanas el sur de Brasil ha llegado a 148 y el de desaparecidos a 127, según el último boletín de la Defensa Civil.
La situación más dramática se vive en Río Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay y donde se han notificado al menos 147 fallecidos. La otra víctima se ha registrado en el vecino estado de Santa Catarina.
Las devastadoras inundaciones han destruido parte de algunas poblaciones. Han dejado totalmente inundados numerosos municipios y parcialmente a otros, como Porto Alegre, la capital regional, y un enorme rastro de devastación.
La ya grave situación puede empeorar en los próximos días, para cuando se esperan nuevos temporales con precipitaciones, frío y fuertes rachas de viento.
Con las lluvias de sábado y domingo, el río Guaíba, que inundó gran parte del centro histórico de Porto Alegre, incluyendo su aeropuerto y la terminal de transportes terrestres, ha subido de nuevo y ahora está en 4,78 metros.
De la misma forma, los ríos Taquari y Caí se han vuelto a desbordar y han provocado nuevas inundaciones en los municipios del interior de Rio Grande do Sul.
Igualmente se mantiene la alerta máxima en los municipios ubicados en la ribera de la llamada Lagoa dos Patos, en donde desembocan todas las aguas del Guaíba y cuyo nivel viene subiendo desde el pasado jueves provocando inundaciones en ciudades importantes como Pelotas y Rio Grande.
La ciudad brasileña de Porto Alegre cumplió diez días inundada y es muy probable que su situación se agrave por una nueva crecida del río Guaíba, que podría alcanzar un nuevo nivel récord , según advirtieron las autoridades locales.
Las consecuencias económicas del desastre aún son inmensurables, pero un balance de la Federación de Industrias de Rio Grande do Sul ya ha trazado un panorama parcial.