Fuertes lluvias azotaron gran parte de Chile, dañando viviendas, inundando carreteras, cortando el suministro eléctrico y provocando deslizamientos de tierra que arrasaron zonas residenciales. Las tormentas han azotado el centro y sur de Chile durante toda la semana, desplazando a personas y cerrando escuelas. Más de 2.000 viviendas han resultado dañadas y 60.000 se han quedado sin electricidad. Los fuertes vientos provocaron que un gran árbol cayera sobre un tractor, matando a una persona el miércoles por la noche.
Las autoridades han declarado una zona de desastre en una gran extensión del país, incluida la capital Santiago y otras siete provincias. En la región del Bío Bío, particularmente afectada, al sur de Santiago, deslizamientos de tierra aplastaron decenas de viviendas que habían sido evacuadas horas antes.
En Viña del Mar, una ciudad turística costera popular entre los turistas, las inundaciones obligaron a la evacuación de unas 150 personas. Luego de dejar una estela de destrucción en el sur, el sistema frontal se trasladó a Santiago.
“La ciudad resiste, pero llamamos a la responsabilidad”, dijo el gobernador de la región metropolitana, Claudio Orrego, instando a los residentes a permanecer en sus casas.
Como medida preventiva, el Ministerio de Educación ordenó la suspensión de clases en siete de las 16 regiones de Chile, incluida la capital, por el resto de la semana.
Chile tiene unos 84.000 kilómetros de costa, más de 1.250 ríos y una topografía accidentada, donde no más del 20% de su superficie es terreno plano, lo que lo deja vulnerable a desastres naturales y dificulta los esfuerzos de rescate.