La falta de instrucciones a la tripulación y su falta de vigilancia y comunicación llevaron a que dos helicópteros de la marina japonesa chocaran durante el entrenamiento, matando a las ocho personas a bordo, según un informe de la marina japonesa.
Los dos helicópteros de reconocimiento SH-60K de la Fuerza de Autodefensa Marítima se estrellaron en abril durante un entrenamiento antisubmarino nocturno cerca de la isla Torishima, a unos 600 kilómetros al sur de Tokio, mientras volaban hacia el mismo objetivo simulado para detectar un submarino.
Justo antes de la colisión, los dos helicópteros, mientras volaban en diferentes lugares, se dirigieron al mismo objetivo basándose en un escenario de detección de un submarino, según el informe de investigación de la Oficina del Estado Mayor Marítimo. Estaban bajo el control de dos oficiales distintos a bordo del barco que estaban dando instrucciones a los dos aviones, añade el informe.
La ausencia de maniobras para evitar colisiones en ambos lados indica que ambos helicópteros calcularon mal la distancia entre ellos, según el informe. Luego, el morro del helicóptero que volaba en línea recta chocó con el lado izquierdo del otro que giraba en el sentido de las agujas del reloj a la misma altitud, según el informe.
Señaló que los miembros de la tripulación no mantuvieron una vigilancia adecuada ni compartieron información, mientras que sus dos oficiales al mando tampoco se comunicaban con su tripulación ni daban instrucciones apropiadas a cada helicóptero, por ejemplo, para volar a diferentes altitudes.
En el informe, la MSO dijo que es necesario garantizar una vigilancia adecuada por parte de los miembros de la tripulación, mejorar el equipo, como la instalación de un sistema de alerta de proximidad, y exigir una comunicación adecuada entre los oficiales a cargo.
Kihara dijo que el entrenamiento de vuelo con varios SH-60K se reanudara. Desde el accidente, el entrenamiento con helicópteros se había limitado a vuelos en solitario.
El accidente se produjo cuando Japón, en el marco de su estrategia de seguridad para 2022, decidió acelerar su desarrollo militar y fortalecer sus defensas en las islas del suroeste de Japón para contrarrestar la actividad militar cada vez más asertiva de China.