A poco más de nueve meses de que militantes de Hamás lanzaran miles de cohetes a territorio Israelí y, esto diera lugar a un contraataque de Israel, hay cientos de familias que se preguntan si sus parientes siguen con vida o murieron en los últimos 288 días.
Esta es una de las inquietudes que quedó plasmado en “Screams before silence”, (“Gritos antes del silencio”), el documental que se presentó frente a 100 personas el pasado miércoles en la Galería de Arte de la Ciudad de Southampton, Inglaterra.
El documental, de 60 minutos, retrata algunos detalles de los abusos sexuales que atravesaron algunas personas, tras ser secuestradas por Hamás.
En él participan Shani y May Yerushalmi, hermanas de Eden, una joven de 24 años que fue secuestrada por el grupo el 7 de octubre, mientras trabajaba como mesera en el Festival de Música Nova.
Las hermanas Yerushalmi mostraron preocupación pues durante los 288 días que han pasado, no han tenido razón de Eden, por lo que temen que no esté con vida.
Shani y May hablan del temor que les causa solo imaginarse de las situaciones de las que puede ser víctima su hermana, debido a que son conscientes que otras jóvenes, como es el caso de Tali Biner, quien participa en el documental y regresó al lugar donde tuvieron lugar los hechos, para recrear de lo que fue testigo.
Biner recuerda que muchas niñas y mujeres a su alrededor fueron abusadas sexualmente, a quienes escuchaba alrededor de 20 minutos, antes de que con un disparo sus gritos fueran silenciados.
Ante el abuso que otras mujeres sufrían, Tali dijo que en ese momento hubiera preferido que le quitaran la vida, por encima de la posibilidad de ser violada.
Las Yerushalmi recuerdan que Eden salió de casa entusiasmada por asistir al festival musical, pues se trataba de su primer trabajo. Durante la jornada, Shani #y May estuvieron en comunicación con su hermana, quien les relató que estuvo disfrutando de su trabajo y el ambiente del evento hasta las horas que precedieron al amanecer, cuando alrededor de las 6:30 horas, escuchó los primeros impactos de los misiles.
Eden pudo ocultarse entre los cuerpos de otras víctimas sin vida a lo largo de tres horas, en las que conversó con sus hermanas por teléfono, quienes trataban de proveerla de palabras tranquilizadoras, hasta que la joven les expresó que había sido atrapada y, segundos después, luego de que una voz le expresara: ´-Ven, levantate, la llamada se cortó y no han vuelto a saber de ella desde aquel momento.