Australia lucha por mejorar las vidas de la población indígena del país, y únicamente cinco de las 19 medidas están en vías de cumplir los objetivos, según un informe del gobierno publicado el miércoles.
Los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres representan el 3,6% de la población de Australia, de unos 27 millones, pero se encuentran cerca del final de la lista en casi todos los indicadores económicos y sociales, y tienen tasas desproporcionadamente altas de suicidio y encarcelamiento.
El informe anual del gobierno “Closing the Gap” (Cerrando la brecha) mostró un aumento en el encarcelamiento y el suicidio y en el número de niños aborígenes en acogida fuera del hogar.
El primer ministro Anthony Albanese dijo que los gobiernos de todos los niveles no había hecho lo suficientemente bien en el pasado para mejorar las vidas de los pueblos indígenas. “Estamos comprometidos a marcar una diferencia. Los desafíos están ahí. No se puede resolver la desigualdad intergeneracional de la noche a la mañana, pero lo que sí se puede hacer es comprometerse a marcar una diferencia”, dijo Albanese durante una conferencia de prensa el jueves.
Australia ha luchado durante décadas para reconciliarse con su población indígena. Sus antepasados llegaron al continente unos 50.000 años antes de los colonizadores británicos, pero fueron marginados durante el gobierno colonial y no se los menciona en la constitución australiana de 123 años de antigüedad.
Un referéndum en 2023 para modificar la constitución y crear un órgano asesor indígena en el Parlamento fue rechazado por el 60% de los votantes que no estaban de acuerdo en que el órgano asesor fuera la solución adecuada.
El informe de la Comisión de Productividad dijo que la esperanza de vida de la población indígena había mejorado, pero es posible que no cierre la brecha con el grupo no indígena para 2031, como se había previsto.
Los bebés que nacen con un peso saludable, los niños matriculados en preescolar, el empleo y los derechos sobre la tierra y el mar están mejorando a los ritmos necesarios para cumplir los objetivos. El informe destacó la falta de datos para verificar algunas métricas y dijo que esas lagunas afectaron su evaluación.