Dos niños pequeños murieron después de que un autobús se estrelló este miércoles contra una guardería cerca de la ciudad canadiense de Montreal, dijo la policía, un acto que, según testigos y la misma policía, pudo haber sido deliberado.
Otros seis niños trasladados al hospital tras el incidente “están fuera de peligro”, indicó en el lugar Erika Landry, portavoz de la policía de Laval, donde se encuentra la guardería. “El conductor, un hombre de 51 años, fue detenido por homicidio y conducción temeraria”, agregó.
La policía estableció un gran perímetro alrededor del edificio que alberga la guardería en Laval y los padres en pánico que corrieron al centro fueron desviados a una escuela primaria cercana. Docenas de policías y vehículos de emergencia se alinearon en el camino bloqueado que conduce a la guardería.
El conductor es un hombre de 51 años que había trabajado para la Societe de transport de Laval durante 10 años, que no tenía antecedentes penales y tenía un historial laboral limpio, dijeron funcionarios policiales y el alcalde de Laval, Stéphane Boyer, en dos conferencias de prensa separadas.
Los seis niños que fueron hospitalizados tenían heridas que no ponían en peligro sus vidas, dijo Brochet.
Un alto funcionario del gobierno canadiense dijo que el accidente no fue un acto terrorista y que no representaba una amenaza para la seguridad nacional. El funcionario habló bajo condición de anonimato ya que no estaba autorizado a hablar públicamente sobre el asunto.
La guardería está ubicada al final de un camino de entrada a un callejón sin salida. Hay una parada de autobús en el callejón sin salida, pero el conductor habría tenido que desviarse de la carretera y dirigirse por el largo camino de entrada para chocar contra el edificio.
Benchaabane dijo que él y los demás tuvieron que golpear al conductor para controlarlo, antes de que la policía lo esposara. El conductor, dijo, “estaba en un mundo diferente”.
Benchaabane dijo que pudo ayudar a sacar a un niño de la guardería, y agregó que él y los demás trataron de salvar a un segundo niño antes de que los bomberos les ordenaran que se fueran porque las piezas del techo corrían el riesgo de caerse.
El primer ministro Justin Trudeau dijo que su oficina estaba “siguiendo la situación de cerca”.