Con el sol poniente como telón de fondo, miles de atletas desfilaron por la famosa avenida de los Campos Elíseos hasta la Plaza de la Concordia en el centro de París, donde el presidente francés Emmanuel Macron declaró oficialmente inaugurados los Juegos Paralímpicos.
Unas 50.000 personas vieron la ceremonia en las gradas construidas alrededor de la icónica plaza, que es la más grande de París y es visible desde lejos debido a su antiguo obelisco egipcio. La accesibilidad para los atletas en silla de ruedas se facilitó con franjas de asfalto colocadas a lo largo de la avenida y sobre la plaza.
Más de 4.000 atletas con discapacidades físicas, visuales e intelectuales competirán en 22 deportes desde el jueves hasta el 8 de septiembre. Los organizadores dicen que se han vendido más de 2 millones de los 2,8 millones de entradas para los diversos eventos paralímpicos.
La ceremonia de apertura se celebró fuera de los confines de un estadio, aviones de combate sobrevolaron, dejando vapores rojos, blancos y azules en los colores de la bandera nacional francesa, antes de que las delegaciones ingresaran a la plaza en orden alfabético.
Algunas delegaciones eran enormes -más de 250 atletas de Brasil- y otras eran diminutas -menos de un puñado de Barbados y únicamente tres de Myanmar-.
La delegación de Ucrania recibió una fuerte ovación y parte de la multitud se puso de pie para aplaudirla.
El presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, dijo que esperaba que los Juegos Paralímpicos de París iniciaran una “revolución de inclusión” más allá del ámbito del deporte.
La bandera paralímpica se izó en lo alto del cielo nocturno y su emblema adornó la parte superior del Arco de Triunfo a unos 3 kilómetros (2 millas) de distancia.