Martí Batres Guadarrama, encabezó la inauguración del Sistema de Captación de Agua de Lluvia del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, uno de los más innovadores en América Latina, que permitirá captar 175 mil litros de agua al año para su aprovechamiento en sanitarios, riego de plantas y limpieza de las oficinas gubernamentales, principalmente.
El mandatario destacó que se busca que la colecta de agua de lluvia sea la tercera fuente de abastecimiento en el largo plazo, para contribuir junto con la extracción del subsuelo mediante pozos y los sistemas externos a la ciudad, que son las dos fuentes principales en la actualidad.
El Jefe de Gobierno destacó el esfuerzo de la empresa pública Servicios Metropolitanos (SERVIMET) por encabezar la instalación del nuevo sistema de captación y recordó el impulso que dio la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) a la instalación de más de 73 mil cosechadores de lluvia en viviendas a lo largo de esta administración, así como de más de 2 mil en todas las primarias y secundarias públicas de la capital.
Por su parte, el director general de SERVIMET, Alan Aizpuru Akel, destacó que el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, cuya construcción inició en 1527, ahora es un referente en innovación y sustentabilidad al contar con uno de los sistemas de captación de agua de lluvia más modernos de América Latina y único por adecuarse a la estructura del edificio histórico, con una inversión de 5.7 millones de pesos.
Aizpuru Akel explicó que el primer componente son las velarias colocadas en la azotea del edificio, las cuales cubren los dos patios y tienen una vida útil de más de 20 años.
Esos modelos de captación sifónica filtran el granizo y la basura, y después se utiliza un sistema de presión negativa que baja el agua a gran velocidad, lo que elimina el riesgo de colapso de acumulación en las velarias, describió.
Una vez que el agua pasa por el sistema sifónico, agregó, es conducida, a través de sensores pluviales, al tanque tormenta modular de 24 mil litros, construido con paneles de acero galvanizado, con lo cual se evitó cualquier posible afectación al edificio histórico. Luego de su almacenamiento, el líquido se envía a presión a un tren de filtración digital de última generación que filtra y elimina partículas, bacterias y sedimentos.