Esta semana el régimen de China recibió un duro golpe comercial. La Comunidad Europea decidió imponer aranceles hasta de un 45% a sus coches eléctricos. En mayo pasado, Estados Unidos anunció una medida similar con tarifas hasta del 100%. En México sucede todo lo contrario y los autos de bandera roja ya inundan el mercado.
Los autos fabricados en China y subsidiados por el Partido Comunista (PCC), se han convertido en una grave amenaza. No es solamente un asterisco comercial o financiero, sino una cuestión de seguridad nacional.
Tecnología de alto riesgo. El Sistema de Conectividad Vehicular (VCS) y el Software Integrado de Conducción Automatizada (ADS) son clave. Su tecnología no solo recolecta y transmite información sensitiva, sino que puede controlar los automóviles de forma remota con fines destructivos.
El mensaje a México. La preocupación con los autos chinos no termina allí. Congresistas y senadores de Estados Unidos enviaron una carta urgente a la Presidenta Claudia Sheinbaum advirtiendo sobre “los riesgos para la seguridad nacional de ambas naciones”.
Los legisladores estadounidenses señalan en su carta a Sheinbaum que los autos chinos han triplicado su participación en el mercado mexicano en la última década y los datos de esa flota de vehículos están a disposición del Partido Comunista.
México y sus negocios con China. En 2023 el principal socio comercial de Estados Unidos decidió abrirse de par en par a China. Resultado, 4.6 billones de dólares en compra de autos subsidiados por el PCC. Cifra menor a los 4.4 billones de autos estadounidenses.
Durante los últimos años China también ha utilizado a México como puerta de entrada para inundar el mercado estadounidense con productos de mala calidad y bajo precio. Ahora están tratando de utilizar la misma estrategia con los autos.
Competencia ilegal y explotación laboral. China ha logrado convertirse en líder mundial exportador de vehículos a punta de sangre, sudor y lágrimas de trabajadores explotados. Su juego sucio incluye subsidios millonarios y el robo de propiedad intelectual.
El nuevo gobierno de México tiene un gran desafío por delante. No estamos hablando solo de corrupción, asesinatos, narcotráfico o el establecimiento de una tiranía autoritaria. No. Ahora tiene que reevaluar sus negocios riesgosos con China.
Contexto de guerra global a activa las alertas en relación con China. Por años el dragón asiático hizo negocios oscuros con todo el hemisferio. Ya no más. El comercio y las inversiones de China tienen un fuerte componente geopolítico y militar. Estados Unidos está claro de esta grave amenaza.
La Unión Europea y Estados Unidos han dado un primer paso hacia una nueva línea de acción comercial y de seguridad nacional en la industria automotriz. Todavía queda mucho por hacer. Una cosa es clara, México, el principal socio comercial de Estados Unidos, no puede seguir siendo el caballo de Troya del imperio chino. El riesgo es muy alto y el peligro es real.