El expresidente de EU, Bill Clinton, hizo campaña por la vicepresidenta Kamala Harris en el estratégico estado de Georgia, enfocándose en movilizar el voto afroamericano a través de visitas a iglesias, festivales de pescado frito y hasta una parada en un McDonald’s.
Clinton, que sigue gozando de gran popularidad en la comunidad negra del sur de los Estados Unidos, se convirtió estos dos últimos días en el arma secreta de Harris, acaparando la atención de la prensa local antes de que comience este martes la votación por anticipado en Georgia.
En un evento el domingo en una zona rural del sur de Georgia, Clinton explicó la razón por la que ha decidido centrarse en encuentros más íntimos en lugar de grandes discursos.
“Cuando me ofrecí para ayudar a Kamala Harris, les dije: envíen a otra persona a los grandes lugares, a alguien que necesite la cobertura televisiva. A mí envíenme al campo, sé que ahí es donde pertenezco”, afirmó Clinton, que antes de ser presidente ejerció como gobernador de Arkansas.
Clinton comenzó con un servicio religioso en Albany, un lugar simbólico por su papel en la lucha por los derechos civiles, y luego se dirigió a Fort Valley, una zona predominantemente rural a unas dos horas al sur de Atlanta, para participar en un festival de pescado frito.
Hizo una aparición en un McDonald’s, donde se le vio conversando con empleados y posando para una foto con una mujer que inicialmente lo confundió con el presidente, Joe Biden. “¿Eres Joe?”, le preguntó la mujer a Clinton, antes de darse cuenta de su error y correr alrededor del mostrador para tomarse una foto con él.
Durante su campaña presidencial de 1992, Clinton se distinguió por su afición a hacer paradas en McDonald’s.
El lunes, Clinton participó en otro evento en un aparcamiento en la ciudad de Columbus, en el que instó a los votantes a acudir a las urnas para elegir un futuro que beneficie a sus hijos y nietos. “Si deciden que tienen cosas mejores que hacer, acabarán lamentándolo toda su vida”, dijo, generando gritos de aprobación entre los asistentes.
Estos encuentros pequeños forman parte de la estrategia de Harris para movilizar a votantes demócratas e independientes en áreas más conservadoras.
El objetivo de la campaña en Georgia y otros estados bisagra no es convertir esas zonas conservadoras en demócratas, sino reducir la ventaja que obtendrá el expresidente Donald Trump en esos condados, buscando que el total del estado favorezca a la vicepresidenta.
Clinton es visto por los demócratas como alguien que puede movilizar tanto a votantes rurales como a votantes afroamericanos. Sin embargo, el expresidente es especialmente popular con las generaciones más mayores que vivieron durante su Presidencia y es una figura mucho menos conocida entre los jóvenes.
Las encuestas muestran que, aunque Harris lidera en apoyo de votantes afroamericanos, las generaciones más jóvenes, especialmente los hombres, en algunos casos favorecen a Trump, según se refleja en el último sondeo del New York Times y Siena College.