Las lluvias torrenciales y las inundaciones sumergieron las carreteras y los ferrocarriles en el centro de Francia, lo que interrumpió el transporte en la región.
El operador ferroviario nacional SNCF detuvo los trenes regionales entre las ciudades de Lyon y Saint-Étienne, diciendo que las vías estaban intransitables. No se esperaba que los servicios de trenes se reanudaran hasta el hoy por la mañana.
Una carretera principal entre las dos ciudades también se inundó y posteriormente se cerró. Las autoridades también cerraron varias carreteras locales, instando a los residentes a evitar todas las áreas inundadas.
Las regiones vinícolas del Ródano y el Loira del país estaban en alerta máxima, y las autoridades advirtieron a los residentes que no intentaran cruzar las calles inundadas en automóvil o a pie.