El Parlamento Europeo ha aprobado definitivamente el reglamento que prohíbe la venta de coches y furgonetas nuevos a diésel y gasolina a partir de 2035. La iniciativa salió adelante con el rechazo del Partido Popular europeo y la extrema derecha. En total, ha contado con 340 votos a favor, 279 votos en contra y 21 abstenciones.
Se contempla un paso intermedio con la reducción de las emisiones del parque de coches y furgonetas de combustión del 55 % y el 50 % respectivamente, para 2030. Cinco años después deberá reducirse totalmente.
El acuerdo alcanzado por la Comisión y el Consejo Europeo, ahora avalado por el Europarlamento, es la primera propuesta del paquete ‘fit for 55’, con el que el bloque comunitario pretende reducir las emisiones de CO2 un 55 % para 2030.
Los márgenes temporales adoptados son suficientes para que la industria pueda adaptarse, según los defensores del nuevo reglamento, como ha sostenido el eurodiputado liberal neerlandés Jan Huitema, encargado de elaborar el informe.
“La nueva regulación promoverá la producción de vehículos de baja emisión y cero emisiones, lo cual es muy importante para lograr la neutralidad climática hacia 2050”, afirmó Huitema, quien entiende que se asegura “una perspectiva clara para la industria automotriz”, a la vez que se alienta “a los fabricantes a innovar e invertir”.
“Los automóviles libres de emisiones se vuelven más baratos para el consumidor, el mercado de vehículos usados se desarrolla más rápido y la conducción sostenible está disponible para todos”, aseveró el eurodiputado neerlandés.
El siguiente paso será la aprobación oficial por parte del Consejo del texto del nuevo reglamento, que será publicado poco después en el Diario Oficial de la Unión Europea.
Además, Bruselas hará este martes una propuesta para limitar las emisiones de camiones, autobuses y otros vehículos pesados, que han quedado fuera de la nueva normativa. Esta cuestión genera más controversia, debido a que en muchos casos se trata de material laboral de trabajadores autónomos.