El presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmó que durante su sexenio las Fuerzas Armadas respetaron los derechos humanos, además de que no hubo desaparecidos por parte del Estado y no se torturó a nadie.
López Obrador agradeció el que se haya cumplido la orden de respetar los derechos humanos, y volvió a reiterar que por parte del Estado mexicano no hubo desaparecidos, ni se torturó a nadie, no hubo masacres, no se reprimió a nuestro pueblo.
López Obrador exaltó el apoyo que tuvo durante su sexenio del Ejército y de la Marina, al colaborar no solo en tareas de seguridad, sino también de rescate y construcción.
“Mi agradecimiento a las Fuerzas Armadas, a todas y a todos es público, es notorio, lo que hicimos juntos en este sexenio, las misiones que se cumplieron tanto por la Secretaría de Marina, como por la Secretaría de la Defensa (Sedena)”, declaró.
El presidente afirmó las Fuerza Armadas le ayudaron a garantizar la soberanía del país “sin alarde, sin prepotencia” y, con ello, se respetó la integridad del territorio.
Destacó que se avanzó en la construcción de la paz y la tranquilidad gracias a que se aprobó la reforma constitucional para que las Fuerzas Armadas ayuden en tareas de seguridad pública.
“Era contradictorio que teniendo soldados, marinos preparados, profesionales, instalaciones, equipo, no se pudiesen utilizar para garantizar la seguridad, la paz, la tranquilidad de nuestro pueblo”, dijo.
Señaló también la creación de la Guardia Nacional en 2019 y sus 130 mil elementos, con una aceptación de la población del 75%, según dijo. De la misma manera también desestimó las críticas sobre la militarización en el país.
Dijo que los militares en México se distinguen de otras de otros países porque los soldados y marinos pertenecen “al pueblo”.
López Obrador recibió cuestionamientos de la oposición por brindar mayor peso a las Fuerzas Armadas y su intención de trasladar la Guardia Nacional a la Sedena, para aumentar la presencia de elementos frente al despliegue del crimen organizado en todo el territorio.
Diversas organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han advertido del creciente poder de las Fuerzas Armadas por políticas de López Obrador, quien también les ha encargado administrar aeropuertos y aduanas, dirigir empresas del Estado y construir obras de infraestructura.