El destituido ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, dijo que una “oscuridad moral” se ha adueñado del país tras ser cesado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en medio de los enfrentamientos con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza y con el partido-milicia chií libanés Hezbolá en Líbano.
Gallant afirmó que fue destituido del cargo por sus diferencias con Netanyahu con respecto al reclutamiento de los ultraortodoxos, la liberación de los rehenes retenidos por Hamás en Gaza y la creación de una comisión para investigar los fallos de las autoridades durante los ataques del 7 de octubre por parte de las milicias palestinas.
“No hay y nunca habrá expiación por abandonar a los rehenes. Se convertirá en una marca de Caín en la frente de la sociedad israelí y para los que están en este camino equivocado”, dijo en una comparecencia, agregando que existe un “deber moral y ético” de traer a los secuestrados a casa.
Criticó la ley discriminatoria y corrupta sobre el reclutamiento de los ortodoxos, mientras que también ha defendido la necesidad de llegar a la verdad con una comisión que permita entender lo que sucedió el 7 de octubre para que se pueda aprender de los errores militares, políticos y de seguridad.
El ya exministro de Defensa, que no habló de Netanyahu, sostuvo que su única misión durante su mandato ha sido querer lograr la “victoria” en su lucha con Hamás.
Gallant ha finalizado con un emotivo saludo militar a los familiares de los muertos, los heridos, los discapacitados, los secuestrados, así como los militares israelíes desplegados debido a la ofensiva contra Hamás y contra Hezbolá.
La oficina del primer ministro sostuvo que Netanyahu habló con el jefe del Estado Mayor del Ejército, el teniente general Herzi Halevi; Ronen Bar, que está al frente del Shin Bet, la Inteligencia israelí y el director del Mossad, David Barnea.