Este inició de semana el Kremlin acusó al presidente estadounidense Joe Biden de alimentar la guerra de Ucrania al permitir que Kiev utilice misiles de largo alcance suministrados por Washington para atacar objetivos dentro de Rusia.
Los comentarios hechos por Moscú coincidieron con el anuncio por Ucrania de que un nuevo ataque ruso en la ciudad portuaria de Odesa, en el Mar Negro, mató a 8 personas e hirió a otras 18 el lunes, tras un ataque masivo el fin de semana contra la infraestructura energética del país.
Un alto cargo estadounidense que habló bajo condición de anonimato aseguró el domingo que Washington autorizó a Ucrania a atacar Rusia con sus misiles de largo alcance.
Con esta decisión, Estados Unidos echa más leña al fuego, advirtió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
De confirmarse oficialmente, esta autorización conduciría a una situación fundamentalmente nueva en cuanto a la implicación de Estados Unidos en este conflicto, subrayó.
Estados Unidos ha dado luz verde al uso de misiles de largo alcance, afirmó el alto cargo estadounidense, confirmando informaciones de The New York Times y The Washington Post de que la medida se adoptó en respuesta al despliegue de tropas norcoreanas para ayudar a Moscú.
Según Kiev, unos 11,000 soldados norcoreanos ya están desplegados en Rusia y habrían empezado a combatir en la región rusa de Kursk, controlada parcialmente por tropas ucranianas.
El demócrata Biden accede así a la petición de Kiev poco antes de dejar la Casa Blanca y del regreso del republicano Trump, muy crítico con la ayuda estadounidense a Ucrania.
Kiev pedía desde hacía tiempo la autorización de usar armas occidentales de largo alcance para atacar bases desde las cuales Rusia lanza sus bombardeos y contrarrestar el avance de las tropas rusas en el este.
Hasta ahora, los países de la OTAN se mostraban reticentes, por temor a una escalada.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Noel Barrot, reafirmó en Bruselas que su gobierno no descarta que se usen sus misiles de largo alcance.
Y el ex primer ministro británico Boris Johnson pidió el lunes a París y Londres que permitan a Ucrania utilizar estas armas estratégicas como hizo Estados Unidos.
Estos misiles, con un alcance de varios cientos de kilómetros, permitirían a Ucrania atacar los centros logísticos del ejército ruso y los aeródromos desde los que despegan sus bombarderos.