El papa Francisco llevó tranquilidad a los fieles al declarar durante su reciente viaje por África que no está en sus planes renunciar a su cargo en la Iglesia Católica. “Por el momento no lo tengo en mi agenda”, aseguró a la revista jesuita Civita Cattolica y agregó con convicción que el puesto que ocupa es para toda la vida.
De todas formas, el Pontífice admitió haber escrito su carta de dimisión por precaución, a poco de asumir. “Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de las elecciones y entregué esa carta al cardenal Bertone. No sé dónde está la carta. Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio y no soy plenamente consciente para dimitir”, agregó.
En ese sentido, comentó que la renuncia de su antecesor, Benedicto XVI, fue una excepción dado que él “no quería seguir adelante a causa de su salud” y valoró la decisión. Así, dijo que “eso no significa que deba convertirse en algo así como una moda. Creo que el ministerio del Papa es ad vitam. No veo ninguna razón para que no sea así”.
Continuando con su explicación, Francisco apuntó que “el ministerio de los grandes patriarcas es siempre vitalicio, la tradición histórica es importante” e ironizó que si se hiciera caso a todos los ‘chismes’ o rumores que surgen a cada rato, “deberíamos cambiar de Papa cada seis meses”.
A pesar de sus 86 años, el Pontífice goza de buena salud. En el último tiempo se ha sometido a una operación de intenstino y debió ser atendido por un dolor en la rodilla, que aún lo obliga a movilizarse en una silla de ruedas.
Al igual que Francisco, el papa Pío XII también había escrito con antelación su carta de renuncia “como prevención en el caso de que Hitler se lo llevara a Alemania” y “en ese caso dijo que capturarían a Eugenio Pacelli y no a él”.
Por otro lado, el Sumo Pontífice fue consultado por los jesuitas de la República Democrática del Congo y Sudan del Sur por el cargo superior general de la Compañía de Jesús, el cual también es vitalicio. Al respecto, se mostró a favor de que continúe siendo así: “En esto soy conservador. Debe ser para toda la vida. Pero, obviamente, surge la misma pregunta que concierne al Papa. El Padre Kolvenbach y el Padre Nicolás, los últimos dos Superiores Generales, lo dejaron por motivos de salud”, comentó.
Las declaraciones tienen lugar en medio de una ola de críticas que Francisco ha recibido tras la muerte de Benedicto el pasado 31 de diciembre, a casi 10 años de su renuncia. Desde entonces, se han publicado una serie de libros en los que el círculo del Papa emérito revelan los entretelones del Vaticano y dan cuenta de las tensiones reales existentes entre las dos figuras.