El español Carlos Sainz afronta este fin de semana su último Gran Premio con Ferrari, escudería en la que logró sus cuatro triunfos y 24 de sus 26 podios en la Fórmula Uno y será en Abu Dhabi donde diga adiós.
A Ferrari llega el año próximo el séptuple campeón mundial Lewis Hamilton que ganó seis de sus títulos con Mercedes, con la que el inglés también correrá su última prueba en el circuito de Yas Marina y Sainz pasará a ser, en principio durante las próximas dos temporadas, piloto de Williams.
El talentoso piloto madrileño cerrará su cuarta temporada con la escudería más laureada de la historia de la F1. Un curso al que aún podría ponerle un broche de oro si, junto a su compañero, el monegasco Charles Leclerc, logra darle la vuelta a los 21 puntos que le saca McLaren y gana el Mundial de constructores. Un título que se le resiste a Ferrari desde 2008.
Sainz debutó en la F1 en 2015, a bordo de un Toro Rosso -actual RB, tras haberse denominado Alpha Tauri-. Su primer compañero fue el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que hace dos fines de semana certificó matemáticamente su cuarto título seguido y que ha ganado las últimas cuatro carreras disputadas en la pista de la capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Tras una temporada en Renault, Carlos fue dos años compañero del inglés Lando Norris (segundo en este Mundial) en McLaren. Escudería con la que logró su primer podio en la F1, en 2019 -fue tercero en Brasil-; y el segundo, en Monza (Italia): donde acabó segundo un año después.
Las mejores noticias deportivas del arranque del año de la pandemia del covid-19 las protagonizaron él y su progenitor. Carlos Sainz padre -doble campeón mundial de rallys- lograba la tercera de sus cuatro victorias en el Dakar un par de meses antes de que se anunciase el fichaje de su hijo por el equipo de Maranello.
El primero de sus 24 podios con Ferrari lo alcanzó en su quinta carrera y en el escenario más icónico: las calles de Mónaco, donde acabó segundo. En una temporada en la que sumó otros tres ‘cajones’ y logró su mejor puesto final en el Mundial: quinto.
El año pasado, Red Bull arrasó. Ganó 19 de las 23 carreras con el insaciable Verstappen y otras dos gracias al mexicano Sergio Pérez. La escudería austriaca se apuntó todas las victorias de la temporada menos una: precisamente la que se anotó, en la noche de Singapur, el hijo del ‘Matador’.
A pesar de haber recibido, antes incluso del arranque de la última pretemporada, el anuncio de que no seguiría en el Ferrari la campaña próxima; y de haberse perdido la segunda carrera del año, en Arabia Saudí -fue operado de urgencia de una apendicitis, en Yeda-; Carlos añadió resiliencia y arrojo a su talento para ganar, solo dos semanas después de su intervención, en Australia.
Sainz dejará Ferrari para seguir lustrando su currículo en Williams, otra escudería histórica: con nueve títulos de constructores y siete de pilotos. Y, antes de eso, aún puede sacarle brillo con otro podio en Abu Dabi (donde ya fue tercero en 2021). Un Gran Premio que, con su (ya tradicional) carrera que arranca de tarde y acaba con luz artificial, se estrenó en el calendario en 2009.
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