A pesar de dos semanas de conversaciones auspiciadas por la ONU en Riad, Arabia Saudita, los 197 países participantes no lograron ponerse de acuerdo el sábado por la mañana sobre un plan para enfrentar las sequías globales, que se han vuelto más prolongadas y severas por el calentamiento global.
Las conversaciones bienales, conocidas como COP 16 y organizadas por un organismo de la ONU que se ocupa de la lucha contra la desertificación y las sequías, intentaron crear mandatos globales sólidos para obligar legalmente a las naciones a financiar sistemas de alerta temprana y construir infraestructura resiliente en los países más pobres, en particular África que es el más afectado por los cambios.
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación publicó un informe a principios de esta semana advirtiendo que si las tendencias del calentamiento global continúan, casi cinco mil millones de personas, incluidas en la mayor parte de Europa, partes del oeste de Estados Unidos, Brasil, el este de Asia y África central, se verán afectadas por el secado de las tierras de la Tierra para finales de siglo, frente a una cuarta parte de la población mundial actual.
El informe también señala que la agricultura está particularmente en riesgo, lo que puede conducir a la inseguridad alimentaria en las comunidades de todo el mundo.
Esta es la cuarta vez que las conversaciones de la ONU destinadas a lograr que los países acuerden avanzar más en la lucha contra la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación plástica no logran llegar a un consenso o arrojan resultados decepcionantes este año, lo que preocupa a muchas naciones, en particular a las más vulnerables.
Las naciones que participan en las conversaciones de Riad decidieron posponer el proceso hasta las conversaciones de 2026, organizadas por Mongolia.
Thiaw dijo que la conferencia fue como ninguna otra en los 30 años de historia de las conversaciones. “Hemos elevado la agenda de la tierra y la sequía más allá de los debates sectoriales específicos, estableciéndola como piedra angular de los esfuerzos globales para abordar desafíos interconectados como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la inseguridad alimentaria, la migración y la seguridad global”.
El país anfitrión, Arabia Saudita, ha sido criticado en el pasado por estancar el progreso en la reducción de las emisiones de combustibles fósiles en otras negociaciones. La nación del Golfo es uno de los mayores productores y exportadores de petróleo del mundo, con la segunda mayor reserva mundial de petróleo.
Pero la ONU estima que entre 2007 y 2017 las sequías habrán costado 125.000 millones de dólares en todo el mundo.