Una década después de que extremistas islámicos armados irrumpieron en las oficinas del periódico satírico Charlie Hebdo en un asalto mortal que sacudió a Francia hasta sus cimientos y encendió una protesta mundial en defensa de la libertad de expresión, la nación hizo una pausa el martes para honrar a los víctimas y renueva su determinación de luchar por la libertad y la democracia.
El presidente Emmanuel Macron y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, encabezaron solemnes homenajes en el lugar del ataque, donde 12 personas, incluidos algunos de los caricaturistas más queridos de Francia, fueron asesinadas el 7 de enero de 2015. Entre los recordados se encontraba Ahmed Merabet, un oficial de policía que Fue asesinado a tiros en la calle mientras defendía el periódico.
Macron estuvo junto a su esposa, Brigitte, junto al expresidente François Hollande, quien dirigió a Francia después del ataque. Macron se unió a los agentes de policía para colocar coronas de flores contra la pared de la antigua sede de Charlie Hebdo en el distrito 11 y la reunión observó un minuto de silencio.
Una trompeta solitaria sonó, resonando en un barrio marcado por el derramamiento de sangre de ese día.
Francia se sumió en un año de terror sin precedentes, que comenzó con el asalto a Charlie Hebdo y culminó con los ataques coordinados de noviembre de 2015, cuando extremistas islámicos abrieron fuego en cafés de París antes de masacrar a los espectadores de un concierto en el Bataclan, matando a un total de 130 personas.
La masacre en Charlie Hebdo, llevada a cabo por dos hermanos que decían ser aliados de Al Qaeda, marcó el comienzo de un nuevo y oscuro capítulo para Francia. Una ola de violencia extremista obligó al país a reexaminar sus medidas de seguridad. En los días posteriores al ataque, la entonces canciller alemana, Angela Merkel, marchó del brazo con Hollande y otros líderes mundiales por las calles de París, una poderosa muestra de unidad en defensa de la libertad de expresión que resonó mucho más allá de las fronteras francesas.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, hablando en RTL, reconoció lo lejos que ha llegado Francia. al tiempo que advierte de los peligros persistentes.
El impacto de los ataques continuó extendiéndose más allá de la propia Francia. El canciller alemán Olaf Scholz compartió un mensaje de solidaridad en las redes sociales, escribiendo: “#JeSuisCharlie se extendió por todo el mundo después del bárbaro ataque a Charlie Hebdo hace 10 años. Hoy como entonces compartimos el dolor de nuestros amigos franceses. “El ataque tuvo como objetivo nuestros valores compartidos de libertad y democracia: nunca lo aceptaremos”.
El ataque a Charlie Hebdo, perpetrado en represalia por las irreverentes caricaturas que publicó el periódico sobre el profeta Mahoma, encendió feroces debates mundiales sobre los límites de la libertad de expresión.
Pero diez años después, la unidad de aquel momento ha dado paso a divisiones más profundas. Charlie Hebdo dijo que su investigación muestra que, si bien la mayoría de los franceses todavía cree en el derecho fundamental a la caricatura, las generaciones más jóvenes critican cada vez más la sátira y las consideran divisivas o insensibles, particularmente hacia las comunidades marginadas.