La amenaza que lanzó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retomar el Canal de Panamá, provocó que expresidentes y políticos panameños cerraran filas en la defensa del canal interoceánico.
Ellos advirtieron que la vía marítima es suya, como resultado de una larga lucha generacional por su soberanía.
Donaldo Trump insistió en que recuperará el canal porque, a su juicio, China lo está “operando” y los buques estadounidenses pagan una tarifa de peaje muy alta, tratando de injusto este trato.
El Gobierno panameño rechazó las afirmaciones de Trump rotundamente, mientras que en las calles de Panamá se dieron las primeras protestas, las cuales incluyeron la quema de banderas de Estados Unidos.
“China está operando el canal de Panamá. Pero no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá, y lo vamos a retomar”, dijo Trump durante su discurso de toma de posesión.
Estas declaraciones fueron respondidas por el presidente panameño, José Raúl Mulino: “El Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración seguirá estando bajo control panameño”.
Mulino también negó la presencia de algina nación del mundo que interfiera con la administración del canal, en manos panameñas desde 1999 tras de los Tratados Torrijos-Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por el líder panameño, Omar Torrijos (1929-1981), y el presidente estadounidense, Jimmy Carter (1924-2024).
“El Canal no fue una concesión de nadie: fue el resultado de luchas generacionales que culminaron en 1999, producto del tratado Torrijos-Carter”, subrayó el mandatario panameño, quien no felicitó a Trump por su nuevo mandato.
Trump no solo considera que EE.UU. ha sido tratado muy mal por este imprudente regalo que nunca tuvieron que entregar, sino que además advierte que la promesa de Panamá se ha roto.
Incluso, la empresa privada también ha rechazado las declaraciones de Trump. A esta posición, se sumaron políticos locales, usuarios de redes sociales, activistas y sindicatos, en pro de la soberanía de Panamá, un tema especialmente sensible en el país debido a la presencia de Estados Unidos durante casi 100 años en la llamada Zona del Canal, un enclave administrado por EE.UU.