Curioso resulta el que personajes cercanos o de plano militantes de Morena resultaron los mejores calificados en el examen que se les aplicó para obtener uno de los 4 lugares que quedarán vacantes en el INE a partir de abril.
Pero no hay que ser mal pensado.
El hecho de que Bertha María Alcalde Luján, hija de Bertha Luján Uranga, haya sido la mejor calificada en el examen -78 aciertos de 80 posibles-, se debe a su amplio conocimiento de la legislación electoral, a pesar de que lo electoral no sea el área que domina la funcionaria de la Cofepris.
Igualmente, no debe sospechar que hubo mano negra cuando lea que el mejor hombre calificado en dicho examen haya sido Jaime Miguel Castañeda Salas, maestro en derecho y, qué cree, coordinador nacional de asesores de… Morena.
Quién sabe si no hubo candidatos independientes o algunos que simpaticen o militen en la oposición, pues ya se vio que militar en un partido político no es impedimento para concursar.
El problema es que la estrategia es tan obvia, que ya ni se guardan las disimuladas formas.
La oposición cree que aún puede llegar a una negociación con Morena, algo así como dos para ti, dos para mí, pero ello es en este momento imposible.
No sólo porque los diputados de Morena ya recibieron la orden de que “no mendigaran votos’’ para construir la mayoría calificada que se requiere para aprobar los nombramientos, sino porque el partido del Gobierno tiene cooptado el organismo que debe presentar las quintetas al Pleno de los diputados para su aprobación.
No se extrañe pues si en la rifa de los cuatro lugares en el INE, incluida la presidencia, la suerte solo está de parte de los candidatos guindas.
Dicho en forma llana, el INE será de Morena por las malas o por las malas.