Miles de personas volvieron a inundar este jueves las calles de Tel Aviv con antorchas, continuando así su protesta contra los planes del Gobierno conservador de Benjamin Netanyahu de reformar radicalmente el sistema judicial del país, lo que disminuiría las facultades de esa rama del poder gubernamental.
La concentración de esta noche, que fue precedida por manifestaciones en todo el país a lo largo del día con decenas de miles de participantes, arrancó desde la plaza Habima, prosiguió por las calles centrales y llegó hasta el paseo marítimo, donde se ubica el consulado de EE.UU.
Los congregados entonaron cánticos y llevaban pancartas en defensa de la democracia. Aparte de las banderas israelíes, se ondeaban las de la comunidad LGBTQ+, que denuncia que sus derechos serán pisoteados de prosperar la iniciativa del Ejecutivo, recoge Haaretz.
Mientras, durante las protestas del día se produjeron enfrentamientos entre policías y manifestantes en Tel Aviv. Como resultado, al menos 21 individuos fueron arrestados en todo el país, incluidos varios que agredieron a los participantes en los levantamientos.
Estas manifestaciones ocurrieron luego de que el Gobierno de Netanyahu rechazara una propuesta alternativa a la reforma presentada por el presidente del país, Isaac Herzog, la noche del miércoles, tras semanas de consultas con expertos y políticos.
Al defender su plan, Herzog calificó la iniciativa como “un camino de oro” que protege a los ciudadanos, así como a la nación hebrea como “Estado democrático”. “Afianza la independencia y autonomía del sistema judicial, y también los derechos humanos y civiles [de todos los israelíes], hombres y mujeres por igual, incluidas las minorías de Israel”, sostuvo, citado por The Times of Israel.
Asimismo, advirtió que “el abismo está al alcance de la mano”, pero aseguró que se esforzará “a toda costa” por evitar que el país se sumerja “en una guerra civil”. “No dejaré que eso ocurra”, prometió.
Por su parte, Netanyahu subrayó que el marco formulado por Herzog es “completamente unilateral”. “¿Cómo lo sabemos? Porque una parte lo acepta y la otra lo rechaza”, afirmó el primer ministro.