La representación de la Semana Santa en Iztapalapa es una tradición desde hace 180 años, que nació como un agradecimiento de los originarios de Iztapalapa al Señor de la Cuevita. Se cree que el Señor de la Cuevita detuvo las muertes causadas por el cólera morbus en 1833.
Esta procesión es característica de Iztapalapa, por lo que la Comisión Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial (CNPCI), perteneciente a la Secretaría de Cultura, entregó al Comité Organizador de la Semana Santa A.C. (COSSIAC) el registro de Patrimonio Cultural Inmaterial de México.
El reconocimiento ayuda a que se tomen las medidas para la preservación de la identidad y el desarrollo cultural de México y en específico la comunidad de los Ocho Barrios que realiza la puesta en escena.
“Esta 180 representación de la Semana Santa es hoy Patrimonio Cultural e intangible de todo el pueblo de México por la constancia que entregan las autoridades de la Secretaría de Cultura Federal e INAH por su registro es la noticia más importante”, dijo la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina.
La representación de la Semana Santa en Iztapalapa se hizo tres años de forma híbrida por la pandemia de Covid-19. Este año se reanudará la representación al aire libre debido a la baja de contagios.
La puesta en escena de forma presencial generará una recaudación de 300 millones de pesos durante la Semana Santa, según lo informó Clara Brugada Molina.
La inscripción de la tradición a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de México es un adelanto para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO) la incluya en el listado del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
“Implica grandes responsabilidades, una de ellas es mantener viva la tradición y esto le toca al pueblo de Iztapalapa, esa es la gran tarea, pero a las autoridades nos obliga a trabajar como alcaldía, como Gobierno de la Ciudad y el propio Gobierno de México, para que continúe y todo lo que se necesite”, agregó Clara Brugada Molina.