Trenes, aviones y redes de transporte público se quedaron parados el lunes en buena parte de Alemania en una jornada de huelga por salarios, un esfuerzo de los sindicatos de conseguir aumentos para sus miembros que compensarán la inflación.
El paro de 24 horas, uno de los más grandes en décadas, también afectó al transporte de mercancías en trenes y barcos, mientras que trabajadores de puertos y rutas navegables se sumaron a las huelgas.
Muchos trabajadores que suelen emplear el transporte público optaron por desplazarse en auto, lo que causó atascos en carreteras, mientras los que podían hacerlo trabajaban desde casa.
Los sindicatos reclaman una subida de al menos 10,5% en los salarios y han rechazado las ofertas de los empleadores de subir un 5% en dos etapas además de pagos puntuales.
La alta inflación registrada también en otras partes del mundo ha golpeado con dureza a muchos trabajadores.
Varios empleados esperan que aumenten s oferta salarial en la próxima ronda de conversaciones, o los sindicatos tendría que valorar una huelga indefinida.
Varios más lamentan que el sueldo de los trabajadores es apenas una fracción de lo que cobran algunos directivos.
Pero la operadora ferroviaria Deutsche Bahn dijo que las demandas de los sindicatos eran exageradas y advirtió que millones de pasajeros se verían afectados.
Los pasajes de tren que no pudieran utilizarse el lunes seguirían siendo válidos y los viajeros debían revisar el sitio web de la empresa para tener información actualizada, apuntó.
Se han programado tres días de negociaciones entre las dos partes. La ministra del Interior, Nancy Faeser, que representa al gobierno federal en las negociaciones, dijo que su bando participaría en las conversaciones de forma “dura, pero también justa y constructiva”.
Las huelgas son algo habitual en Alemania y suelen terminar con acuerdos de compromiso entre sindicatos y empleadores.
Los paros ya habían causado problemas y demoras el domingo, cuando muchos viajeros trataban de alcanzar sus destinos con antelación.