Militares de Estados Unidos “evaluaron las implicaciones” de que el Ejército mexicano asumiera la supervisión y el control de la aviación civil, reveló un documento de la más reciente filtración del Pentágono, que dio a conocer el sábado el diario estadounidense The Washington Post.
De acuerdo con el reporte del periodista Nick Miroff, el informe clasificado como “de alto secreto” prevé que el presidente Andrés Manuel López Obrador continúe “asignando más responsabilidades y roles de supervisión a las fuerzas armadas del país, especialmente al Ejército mexicano, pero ‘sin aumentos proporcionales en los recursos’”.
Además, la evaluación militar de Estados Unidos destaca las diferencias entre el titular de la Secretaría de Marina, almirante Rafael Ojeda Durán, con el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval.
De acuerdo con este informe, “el secretario de la Marina de México estaba tan frustrado por la posibilidad de que el ejército mexicano tomara el control de todo el espacio aéreo mexicano que ‘instruyó a los oficiales de la Marina para que limitaran la cooperación con SEDENA en respuesta’”.
Además, advierte del “potencial de empeoramiento de las tensiones” entre las Fuerzas Armadas de México, lo que “probablemente exacerbará su rivalidad existente y disminuirá aún más su capacidad para realizar operaciones conjuntas”.
El diario apunta que no hay indicios de que este informe se derivara de intervenciones telefónicas por parte de autoridades estadounidenses o mexicanas.
La embajada de México en Washington se negó a comentar el informe para The Washington Post.
El medio estadounidense obtuvo los documentos gracias a una serie de entrevistas exclusivas con el portal Discord, que publicó las filtraciones primero. Estados Unidos ha acusado al joven de 21 años Jack Teixeira, un miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts, de ser el autor de las filtraciones.
El pasado 1 de marzo, el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el decreto por el cual se expide la Ley de Protección del Espacio Aéreo Mexicano, la cual establece que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México se encargará de coordinar de vigilar y proteger el espacio aéreo del país.
La ley señala que la Sedena coordinará la participación de las autoridades para que coadyuven en la vigilancia y protección del espacio aéreo mexicano, en el ámbito que compete a la seguridad nacional.
Además, otorga sustento jurídico a la participación de la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la Fuerza Aérea Mexicana para brindar seguridad espacio aéreo del país.
También menciona que el Centro Nacional de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo actuará conforme a sus atribuciones al observar alguna de las maniobras de vuelo que se señalan, como son: no activar su código transponder o apagarlo durante el vuelo, cambiar de ruta sin motivo aparente, no establecer comunicación con los servicios de control de tránsito aéreo previstos por la autoridad aeronáutica o con el Centro.
Además, por no contar con información de plan de vuelo, registrar cambios erráticos de velocidad, altura, rumbo o realizar maniobras inusuales, sobrevolar una zona restringida, prohibida, peligrosa, de vigilancia y protección del espacio aéreo mexicano y de identificación de defensa aérea, y cuando una aeronave se encuentre en una situación de emergencia.
La ley también mandata la conformación del Sistema de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo Mexicano, el cual comprende la coordinación entre las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal que lo integran “para inhibir y contrarrestar las operaciones aéreas ilícitas que atenten contra la seguridad nacional”.
Ese sistema lo integrarán Sedena, que hará la coordinación; la Comandancia de la Fuerza Aérea Mexicana y la Comandancia del Centro Nacional para la Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo; Secretaría de Marina, a través de la Dirección del Centro de Mando y Control de la Armada de México.