En lo que va de la administración, los incendios forestales disminuyeron un 91%, pues pasaron de 56 a solo 5, informó la alcaldesa, Lía Limón.
Resaltó que las medidas preventivas realizadas por la Unidad de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, previas a la temporada de estiaje, misma que está por concluir este mes de mayo, permitieron disminuir la ocurrencia de incendios en áreas de valor ambiental, como son Loma de Tarango, la Barranca Mixcoac y la Barranca Becerra Tepecuache, en las que se efectuaron trabajos de chaponeo, brechas cortafuegos y líneas negras.
Estas acciones, dijo, permiten contrarrestar la destrucción del hábitat de la fauna silvestre; ayudan a conservar plantas que generan oxígeno, disminuyen el efecto invernadero en la atmósfera terrestre por la emisión de carbono y otros elementos nocivos al medio ambiente.
Al mismo tiempo, se frenan impactos negativos como son: generación de erosión, pérdida de nutrientes, disminución de la materia orgánica y alteración de la vegetación; además del peligro para la población que habita en zonas cercanas a las conflagraciones.
“Un incendio forestal trae consigo más afectaciones de las que se perciben a simple vista, pues hay otros daños que son difíciles de cuantificar. Plantas y árboles quedan más desprotegidos ante las plagas y enfermedades, además de que se daña su capacidad de crecimiento”, subrayó.
En ese sentido, en su mayoría los incendios forestales son provocados por: negligencia, quemas agropecuarias no controladas, fogatas de excursionistas, fumadores, quema de basura, limpieza de vías en carreteras y uso del fuego en otras actividades productivas dentro de áreas forestales y, lamentablemente, de manera intencionada por conflictos entre personas o comunidades, tala ilegal o litigios.
Finalmente, la alcaldesa hizo un llamado a las vecinas y los vecinos a prevenir y evitar acciones que no solamente dañan el medio ambiente, sino que ponen en riesgo su integridad física y la de sus familias.