Rusia acusó este jueves a Estados Unidos de estar detrás del ataque de drones ucranianos contra el Kremlin, que afirmó haber desbaratado la víspera y en el que Kiev niega cualquier implicación.
El miércoles, Moscú aseguró haber interceptado dos drones ucranianos dirigidos contra el Kremlin y denunció un intento de asesinar al presidente Vladimir Putin, acusaciones negadas por Kiev y cuestionadas por Washington.
Ucrania desmintió cualquier implicación en el incidente, uno de los más espectaculares que se le ha imputado desde el inicio del conflicto, e incluso acusó a Moscú de haber preparado un “montaje” para justificar una posible escalada de su ofensiva.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo que se tomaban con “mucho cuidado” las afirmaciones rusas.
Peskov dijo que las medidas de seguridad en el recinto fueron “reforzadas” pero que Putin acudió el jueves a trabajar al Kremlin para “una conversación importante con el ministro de Desarrollo Económico”.
También se reforzará el dispositivo de seguridad en Moscú con motivo del tradicional desfile militar que se prepara para celebrar el 9 de mayo el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi en 1945.
Ante los riesgos de seguridad alegados desde hace semanas por las autoridades, numerosos eventos vinculados a esta fiesta fueron anulados, especialmente en las regiones cercanas a Ucrania.
Las autoridades ucranianas también informaron de un ataque con drones rusos sobre su territorio. Según las fuerzas aéreas, Moscú “lanzó 24 drones Shahed 136/131”, de los que pudo abatir 18.