La falta de acuerdo ante la crisis por un nuevo techo para la deuda de Estados Unidos ha obligado al presidente Joe Biden a reducir su agenda en el exterior. El mandatario, que aún tiene planeado viajar a Japón para asistir a la cumbre del G7 en Hiroshima, ha anunciado que no visitará Papúa Nueva Guinea ni Australia.
La Casa Blanca confirmó este martes que el mandatario partirá mañana rumbo a Asia y volverá a Washington a su término, el domingo, para “reunirse con los líderes del Congreso” y continuar con las negociaciones “antes de la fecha límite, para evitar el impago”. John Kirby, uno de los portavoces de la Administración, había adelantado esta posibilidad luego de que, las pasadas instancias de conversaciones, no hubieran sido fructíferas.
Asimismo, Karine Jean-Pierre, vocera presidencial, comentó que los respectivos mandatarios ya han sido notificados del cambio de agenda y que el primer ministro australiano, Anthony Albanese, está invitado a visitar la Casa Blanca en el futuro.
El anuncio del Ejecutivo se conoce luego de que, momentos antes, Biden estuviera reunido con líderes de ambos partidos en el Congreso, con el fin de alcanzar un acuerdo sobre el tema. En un comunicado, el gabinete del demócrata aseguró que se trató de una charla productiva y directa y que, si bien las partes siguen muy distanciadas,un acuerdo antes del fin de semana es “posible”.
“Apenas comenzamos”, declaró Biden, por su parte previo al encuentro que mantuvo con Kevin McCarthy -presidente de la Cámara de Representantes-, Chuck Schumer -líder de la mayoría demócrata en el Senado-, Hakeem Jeffries -líder de la minoría demócrata en la cámara baja-, Mitch McConnell -líder de la minoría republicana en el Senado- y la vicepresidente Kamala Harris.
El ala republicana exige a Biden recortes presupuestarios a cambio de su apoyo para elevar el techo de la deuda, algo que el oficialismo asegura que no debe vincularse y que, sostienen, debería aprobarse sin condiciones.
Esta situación de posible default es normal en Estados Unidos cada cierto tiempo ya que, a diferencia de otros países, su Ejecutivo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso que, a su vez, tiene en su poder la suspensión de ese techo según crea conveniente.
Ese límite, de USD 31,4 billones, fue alcanzado en enero y, desde entonces, el Gobierno ha estado recurriendo a dinero en sus reservas para afrontar los pagos de las deudas contraídas.