El Gobierno y su partido ya dieron muestras de que no dejarán pasar una crítica de ningún precandidato presidencial de oposición sin que haya una respuesta que cuestione su pasado.
Por eso es que los aspirantes presidenciales de Va por México se la han pasado “dando bola’’, como se dice a los boxeadores cuando rehúyen el combate y se la pasan brincando de un lado a otro en el ring.
El caso más reciente es el de Santiago Creel, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, que grabó varios videos cuestionando las reformas y cifras oficiales presentadas como verdades absolutas por López Obrador.
El propio Presidente le respondió a Creel en una conferencia Mañanera y después, cuando el panista lo retó a una confrontación de ideas sobre la reforma al Poder Judicial, López Obrador se burló de él.
A partir de entonces se ha desatado una campaña en redes sociales en contra de Creel, que van desde recordarle que durante su gestión como secretario de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox otorgó “el mayor número de permisos para casinos’’, hasta la paternidad de una hija con una actriz ya fallecida.
Más lo que se vaya agregando al paso de la campaña.
No es gratuita la escalada en contra del panista.
Creel es, por mucho, el precandidato presidencial de la oposición que más se ha movido en los últimos meses.
De hecho, en las encuestas internas de la coalición opositora es el que más alto puntea.
Sacar la cabeza tiene sus riesgos y parece que Creel ha decidido correrlos, a pesar del consejo de varios amigos de que “aún no es tiempo’’.
Pero sí lo es.
Va por México ha desperdiciado tiempo en quién sabe qué cosas, pero ni siquiera ha logrado un acuerdo sobre el método de elección del candidato presidencial.
Del lado del PRI el más visible, porque lleva años trabajando en ello, es el hijo del expresidente Miguel de la Madrid, Enrique, que fue secretario de Turismo con Enrique Peña y quien realizó un muy buen trabajo en la dependencia.
Pero le juega en contra el apellido paterno.
Creel y de la Madrid son los adelantados, pero eso no significa que alguno de ellos pudiera ser la figura que tanto necesita la oposición para competir a Morena en 2024.