El alcalde de Nueva York, Eric Adams, habló este miércoles sobre la persecución que sufrieron el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle durante la noche del martes en Manhattan.
La pareja sufrió una “persecución automovilística casi catastrófica” en la que participaron media docena de vehículos de paparazzi con ventanillas oscurecidas, que intentaban tomarles fotografías a la salida de un evento, indicó un portavoz del matrimonio.
Tras este incidente, Adams resaltó la “imprudencia” e “irresponsabilidad” de estas acciones, que son podrían haber dejado a muchos inocentes heridos, entre ellos, dos oficiales de la policía, según informaron.
“Está claro que la prensa, los paparazzi, quieren conseguir la foto correcta, quieren conseguir la historia correcta. Pero la seguridad pública debe estar siempre en primer plano”, comenzó diciendo en la rueda de prensa y agregó: “La ciudad de Nueva York es diferente de una pequeña ciudad en algún lugar. No se debería ir a toda velocidad en ningún sitio, pero esta es una ciudad densamente poblada. Tenemos que ser extremadamente responsables”.
Por la naturaleza de la persecución, Adams recordó, asimismo, la muerte de la princesa Diana -madre de Harry- en condiciones muy similares y comentó que “no creo que haya muchos que no recuerden cómo murió su madre”.
Adams se refirió, por otro lado, a la duración de esta persecución, la cual el portavoz del matrimonio asegura que fue de “más de dos horas y generó varias casi colisiones con otros conductores que circulaban por la carretera”, algo que el alcalde, si bien no descree, asegura que le “resulta difícil de creer”.
“Me resulta difícil de creer que hubo una persecución a alta velocidad durante dos horas pero vamos a averiguar la duración exacta de la misma. Más tarde voy a ser informado en profundidad para poder determinar el marco temporal exacto”, continuó.
De todas formas, insistió en que aún “si fueron 10 minutos, una persecución de 10 minutos es extremadamente peligrosa en Nueva York. Tenemos mucho tráfico, mucho movimiento y mucha gente en nuestras calles. Cualquier tipo de persecución a alta velocidad que implique algo de esa naturaleza es inapropiada”.
Este episodio puso de relieve uno de los mayores conflictos que la pareja enfrenta desde su salida de la realeza que respecta a su seguridad. Al mudarse a California, el Gobierno británico los despojó de su protección y el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se negó a brindarles custodia.