Hace un año se dio a conocer que el actor Bruce Willis padece afasia, una enfermedad incurable que se produce como resultado de una lesión o daño en las áreas del cerebro responsables del procesamiento del lenguaje. Esta condición dificulta la capacidad de una persona para comprender, expresar y/o utilizar el lenguaje de manera efectiva.
Esta condición provocó que el actor se retirara por completo del cine y ahora en febrero de este año, después de realizar estudios adicionales, se determinó que la afasia experimentada no era simplemente un síntoma aislado, sino más bien un indicio de una enfermedad más seria e incurable: la demencia frontotemporal.
Desde entonces, la familia de Bruce Willis ha estado proporcionando actualizaciones sobre su salud, y en esta ocasión, su esposa Emma Heming, con quien contrajo matrimonio en 2009, ha compartido que su condición ha empeorado considerablemente.
Lamentablemente, Bruce incluso ha perdido la capacidad de reconocer a su propia madre, lo cual representa un desafío emocional y angustiante para todos los involucrados. Es una situación que destaca la naturaleza devastadora de la demencia frontotemporal y sus impactos en la vida cotidiana y las relaciones familiares.
“Cuando vives en el mundo de la demencia, sabes que las opciones son escasas”, publicó en una storie de Instagram.
La esposa de Bruce Willis ha compartido que la enfermedad que afecta a su esposo se está complicando cada día más. Reconoce la difícil realidad de la situación y admite que no hay posibilidades de que mejore.
La demencia frontotemporal (DFT) es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta principalmente las regiones frontales y temporales del cerebro. También se conoce como degeneración lobular frontotemporal (DLFT) y se caracteriza por cambios en la personalidad, el comportamiento y el lenguaje.
La DFT se presenta generalmente en personas de mediana edad o más jóvenes, a diferencia de otras formas más comunes de demencia como la enfermedad de Alzheimer. Los síntomas varían según la región afectada, pero pueden incluir cambios en el comportamiento social, falta de inhibición, apatía, impulsividad, dificultades en el lenguaje y la comunicación, pérdida de empatía, rigidez mental y problemas de memoria tardía.
A medida que la enfermedad progresa, pueden surgir dificultades para realizar actividades diarias y disminuir la capacidad para llevar una vida independiente.