La start up de Elon Musk, Neuralink, anunció este jueves que obtuvo la autorización de los reguladores estadounidenses para probar implantes cerebrales en humanos.
Neuralink informó de este “importante primer paso” a través de un comunicado en su cuenta de Twitter, en el que celebró la decisión de la Administración estadounidense de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) sobre esta tecnología con la que esperan que las personas puedan comunicarse con las computadoras.
“¡Nos complace anunciar que hemos recibido la aprobación de la FDA para lanzar nuestro primer estudio clínico en humanos! Este es el resultado de un trabajo increíble realizado por el equipo de Neuralink en estrecha colaboración con la FDA y representa un primer paso importante que algún día permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas”, se lee en el mensaje publicado por la compañía.
De momento, el reclutamiento para el ensayo clínico no está abierto pero prometieron más información a la brevedad.
El objetivo de estos implantes es permitir que los cerebros humanos puedan comunicarse de forma directa con computadoras y ordenadores para -entre otros- permitirles recuperar la visión o movilidad perdidas. Para ello se emplean unos chips -aún en su estado de prueba- del tamaño de una moneda.
La decisión de la FDA se dio tras años de conversaciones y negociaciones ya que, como suele ocurrir, los planes del empresario son demasiado ambiciosos. Musk lleva prometiendo desde 2019 el inicio de estas pruebas sobre personas aunque la agencia rechazó los pedidos en reiteradas oportunidades.
Esto llevó a la compañía a continuar con sus ensayos en animales, como monos.
Una de estas pruebas tuvo lugar entre 2017 y 2020 en la Universidad de California, Davis, e implicó el implante de chips en los cerebros de estos animales. Durante la presentación de Neurolink, la empresa mostró imágenes de los monos “jugando” a videojuegos básicos y moviendo el cursor en una pantalla, gracias al chip en sus cerebros.
Sin embargo, estas prácticas le costaron a la empresa graves denuncias de grupos defensores de los derechos de los animales que señalaron que a algunos de estos primates les faltaban dedos de las manos y los pies, “posiblemente por automutilación o algún otro trauma no especificado”, así como advirtieron de asesinatos durante “procesos terminales” y hasta perforaciones en el cráneo.
Por otro lado, la autorización de la FDA se da en un momento en el que la inteligencia artificial está avanzando a pasos agigantados y hasta ha llevado a muchos expertos -entre ellos Musk- a replantearse el desarrollo de esta tecnología.
Según informó el magnate, con estas pruebas, más allá del potencial que puedan tener en el tratamiento de enfermedades neurológicas, lejos está de su voluntad abrumar con ellas a la humanidad.