Alrededor de un centenar de personas de diversas procedencias esperan a las puertas de la garita de San Ysidro.
Decenas de migrantes han establecido un pequeño campamento a las puertas de la garita de entrada de San Ysidro, un distrito de la ciudad californiana de San Diego, que se ubica justo al norte de la frontera con México.
Los migrantes comenzaron a llegar durante el pasado fin de semana ante la imposibilidad de adquirir una cita en línea para tramitar su solicitud de asilo, puesto que se les brindaba la opción de acudir presencialmente a los puestos fronterizos, según los testimonios recogidos por distintos medios.
Así, en la garita de San Ysidro han comenzado a acumularse las personas. El martes ya se encontraban esperando casi un centenar de personas, entre adultos y menores, pues también hay familias completas.
La mayoría de las personas, desesperadas por la ausencia de citas a través de la aplicación CBP One –desarrollada por las autoridades estadounidenses–, han decidido acceder al puesto fronterizo desde la ciudad de Tijuana.
Así lo atestigua Enrique Lucero, director de Atención al Migrante en Tijuana, que en sus redes sociales ha explicado que “esta situación se da por el propio sistema de asilo de EE.UU.”.
Algunos de ellos llevan hasta un año viviendo en Baja California, con la esperanza de obtener una cita del CBP One. En ese plazo, han sido auxiliados por albergues y otras organizaciones que atienden a personas en estado de vulnerabilidad.
El Semanario Zeta calcula que la garita se abre aproximadamente cada cuatro horas, momento en el que se permite el ingreso de una familia y de un par de migrantes solicitantes de asilo.
La ley conocida como Título 42, impulsada por la anterior Administración de Donald Trump para hacer frente a la pandemia de coronavirus, permitía rechazar a los migrantes en la frontera sin ofrecerles garantías como la solicitud del derecho de asilo.
La medianoche del pasado 11 de mayo, esa normativa expiró, lo que propició que alrededor de 60.000 migrantes acudieran a las inmediaciones de la frontera con la esperanza de convertirse en parte del 30 % de los solicitantes que logran el asilo humanitario.
