Al menos 41 reclusas fueron encontradas muertas el martes en una prisión para mujeres de Honduras, dijo una funcionaria local, en un suceso que según familiares se dio por un presunto enfrentamiento entre miembros de pandillas rivales.
“Se reportan 41 fallecidas, preliminarmente,” en una reyerta registrada en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), situado a 25 km al norte de la capital, informó a la agencia de noticias AFP Edgardo Barahona, portavoz policial.
El portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, dijo a la agencia de noticias Reuters que las víctimas murieron “en su mayoría calcinadas y otras tiroteadas”. El funcionario no dio detalles sobre el origen del evento porque ello debe informarlo el Instituto Penintenciario, tras las pesquisas, aclaró.
Por su parte, la presidenta de una asociación de familiares de presos, Delma Ordóñez, dijo que durante la madrugada se dio una enfrentamiento entre miembros de las pandillas rivales Mara 18 y la Mara Salvatrucha MS-13 en la prisión, donde hay unas 900 reclusas. Ordóñez detalló que la reyerta y el incendio en el Cefas ocurrieron supuestamente después de que las autoridades notificaron nuevas reglas al interior de la cárcel.
Familiares de las reclusas se apostaron a la afueras del penal para conocer sobre el estado de sus seres queridos. En el centro opera una sala donde hay 23 niños que son hijos de las presas, según Evelyn Escoto, Comisionada del estatal Centro Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles Inhumanas o Degradantes (CONAPREV).
La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, ordenó una “intervención inmediata” en la cárcel tras declarar una emergencia por la riña y aseguró que las autoridades “no vamos a tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades”.
Villanueva dijo a periodistas que la reyerta es “producto de las acciones del crimen organizado” en respuesta a la intervención anunciada por las autoridades en las cárceles de Ilama, en Santa Bárbara, en el occidente del país, y de La Ceiba, en el Caribe.
Las autoridades hondureñas anunciaron el pasado 18 de abril un conjunto de medidas para poner orden en las cárceles del país que implican el bloqueo de llamadas de celulares, un desarme real de los presos y la clasificación de los reos por peligrosidad.
Desde abril, una decena de tiroteos o enfrentamientos se han registrado en las cárceles de Honduras, donde impera la sobrepoblación y el hacinamiento, la falta de instalaciones físicas adecuadas y seguras para el alojamiento de los reclusos, y las condiciones de higiene y salubridad son deplorables.