Cientos de judíos ultraortodoxos bloquearon una importante carretera en el centro de Israel durante dos horas el jueves para protestar por una reciente decisión de la Corte Suprema que ordenaba a jóvenes religiosos alistarse para el servicio militar.
El servicio militar es obligatorio para la mayoría de los hombres y mujeres judíos en Israel. Pero los partidos ultraortodoxos políticamente poderosos han obtenido exenciones militares para sus seguidores que les permiten estudiar en seminarios religiosos.
Este acuerdo de larga data ha generado un resentimiento generalizado entre el público en general, un sentimiento que se ha fortalecido durante la guerra de ocho meses contra Hamás en Gaza. Más de 600 soldados han muerto y decenas de miles de reservistas han sido activados, lo que ha puesto a prueba carreras, negocios y vidas familiares.
Los manifestantes se sentaron en la carretera y se tiraron en el suelo mientras la policía los levantaba y se los llevaba a rastras. Los agentes montados a caballo cargaron contra la multitud. Muchos manifestantes portaban carteles y coreaban “¡A la cárcel! ¡Al ejército no!
Los ultraortodoxos ven su estudio religioso a tiempo completo como su parte en la protección del Estado. Muchos temen que un mayor contacto con la sociedad secular a través del ejército aleje a sus seguidores de la estricta observancia de la fe.
La Corte Suprema ordenó esta semana al gobierno comenzar a reclutar hombres ultraortodoxos, diciendo que el sistema de exenciones es desigual.
La decisión podría provocar el colapso del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu. Los partidos ultraortodoxos y sus seguidores se oponen a cualquier cambio en el sistema.
Los ultraortodoxos representan aproximadamente el 13% de la población de Israel. Pero bajo el fragmentado sistema político del país, ejercen un poder político significativo y a menudo sirven como hacedores de decisiones políticas.
Los partidos son miembros clave de la coalición de gobierno de Netanyahu y podrían forzar nuevas elecciones si deciden abandonar el gobierno.
Los líderes ultraortodoxos aún no han dicho si renunciarán al gobierno, pero sus seguidores han programado una gran protesta en Jerusalén para el domingo.