Venezuela es uno de los países de América Latina que no ha avanzado en materia de derechos para la comunidad LGBTQ+. En más de 20 años de dictadura chavista, ni el régimen, ni la oposición han realizado algún tipo de esfuerzo para solucionar la desigualdad relacionada con la sexodiversidad.
Esta tarea, que ha sido parte fundamental de las políticas de Estado desde hace años en países vecinos como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay sigue siendo una materia pendiente del poder público y que la sociedad civil se empeña en reclamar.
Para defensores de los Derechos Humanos en el país, como Daniel Picado, la situación es preocupante ya que las organizaciones que forman parte de este movimiento no han encontrado aliados firmes que se comprometan con su causa.
Como otro ejemplo claro de lo que ocurre con los gestores de las políticas públicas en Venezuela, Picado señaló que “ni la Asamblea del 2015, que contaba con mayoría de diputados opositores, “ni la del 2020, elegida en forma irregular y liderada por el régimen chavista, “han hecho cosas significativas por la comunidad LGBTQ+”.
El chavismo ha sido claro en su discurso y su accionar homofóbico. A diferencia de la mayoría de los gobiernos de la región, el régimen de Caracas le ha dado la espalda a cualquier avance en materia de derechos a la población sexodiversa.
Incluso, el propio dictador Maduro se ha puesto en evidencia cuando en medio de sus alocuciones ha hecho señalamientos machistas sobre el uso de ropa de color rosado en hombres, el rol de la mujer en la sociedad o su título como “dueño” de Cilia Flores, su esposa.
Para Picado, representante del movimiento LGBTQ+, “los discursos que uno u otro sector puedan dar siempre están relacionados con la discriminación cuando se refieren a la comunidad, porque o la desconocen, o no les interesa, o no están vinculados con ella, no la tienen cercana, o porque simplemente dicen no me quiero meter y es una decisión consciente decir no quiero estar aquí”.
Por su parte la oposición, que parece haber estado desentendida del tema y ocupada en resolver sus problemas internos, comienza ahora a abrirse a los espacios de debate sobre el asunto, justo en el marco de la campaña electoral para las primarias en las que definirá a su candidato para las presidenciales del próximo año.
En medio quedan los afectados: un grupo de ciudadanos que siguen a la espera de que el matrimonio igualitario, la Ley de Identidad para personas trans, intersexuales y no binarias, el reconocimiento y protección a las familias homoparentales y la eliminación de todas las formas de discriminación, entre otros derechos, sean aprobados.