El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, remarcó este lunes que ni Occidente ni la OTAN estuvieron involucrados en el intento de sublevación del líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, contra la cúpula militar y política rusa.
En sus primeras palabras públicas sobre el asunto, Biden explicó en un discurso en la Casa Blanca que estuvo siguiendo los hechos “hora a hora” con su equipo de seguridad nacional y que habló con los aliados “clave” por Zoom para estar seguros de que el presidente ruso, Vladímir Putin, no los culpara de lo sucedido.
“Esto ha sido parte de una lucha interna del sistema ruso. Vamos a seguir evaluando las consecuencias de los acontecimientos de este fin de semana y las implicaciones para Rusia y Ucrania, pero aún es demasiado pronto para llegar a una conclusión definitiva sobre hacia dónde va esto”, ha añadido Biden.
“Todavía es demasiado pronto para llegar a una conclusión definitiva sobre hacia dónde va esto”, dijo ante la prensa, y luego afirmó: “El resultado final de todo esto está por ver, pero independientemente de lo que venga a continuación seguiré asegurándome de que nuestros aliados y nuestros socios están estrechamente alineados en la forma en que estamos leyendo y respondiendo a la situación”.
Además, Biden sostuvo que “teníamos que asegurarnos de no dar a Putin ninguna excusa para culpar de esto a Occidente o a la OTAN. Dejamos claro que no estábamos implicados. No tuvimos nada que ver. Esto formaba parte de una lucha dentro del sistema ruso”.
Previamente, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adam Hodge, había dicho que Estados Unidos “no estuvo involucrado y no se involucrará en esta situación” que, tal y como más tarde remarcó Biden, es un “asunto interno” de las autoridades militares rusas.
Las declaraciones de Biden y el Consejo de Seguridad Nacional se dan después de que el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, aludiese a una posible participación ucraniana e incluso occidental en el intento del Grupo Wagner de asestar un duro golpe a la cúpula militar rusa.
Lavrov ha apuntado que su Ministerio no tiene capacidad para impulsar investigaciones en este sentido, aunque ha manifestado que otras entidades gubernamentales probablemente sí estén ahora tratando de dilucidar si la rebelión militar del Grupo Wagner ha podido estar impulsada desde el extranjero.
La rebelión del Grupo Wagner, liderada por Prigozhin, comenzó a última hora del viernes con la toma de la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército, con la intención de dirigirse hacia Moscú para pedir explicaciones al Ministerio de Defensa por matar presuntamente a sus hombres en un bombardeo.
En pleno pulso con el Kremlin y a pocos cientos de kilómetros de Moscú, el convoy dio media vuelta en la tarde del sábado gracias a la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en un acuerdo para parar la revuelta, amnistiar a los mercenarios y mandar al exilio a Bielorrusia a Prigozhin.