Uno de los edulcorantes artificiales más comunes en el mundo será declarado el mes que viene posible carcinógeno por un importante organismo sanitario mundial, según dos fuentes conocedoras del proceso, que lo enfrenta a la industria alimentaria y a los organismos reguladores.
El aspartamo, utilizado en productos que van desde los refrescos dietéticos de Coca-Cola hasta los chicles Extra de Mars y algunas bebidas Snapple, será catalogado en julio como “posiblemente cancerígeno para el ser humano” por primera vez por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), la rama de investigación sobre el cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijeron las fuentes.
El dictamen del CIIC, finalizado a principios de este mes tras una reunión de expertos externos del grupo, pretende evaluar si algo es un peligro potencial o no, basándose en todas las pruebas publicadas.
No tiene en cuenta la cantidad de un producto que una persona puede consumir sin peligro. Este asesoramiento a las personas procede de otro comité de expertos en aditivos alimentarios de la OMS, conocido como JECFA (Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), junto con las determinaciones de los organismos reguladores nacionales.
Sin embargo, dictámenes similares del CIIC en el pasado sobre distintas sustancias han suscitado inquietud entre los consumidores sobre su uso, han dado lugar a demandas judiciales y han presionado a los fabricantes para recrear recetas y cambiar a alternativas. Esto ha llevado a criticar que las evaluaciones del CIIC pueden resultar confusas para el público.
El JECFA, comité de la OMS sobre aditivos, también está revisando el uso del aspartamo este año. Su reunión comenzó a finales de junio y está previsto que anuncie sus conclusiones el mismo día que el CIIC haga pública su decisión, el 14 de julio.
El aspartamo ha sido objeto de numerosos estudios durante años. El año pasado, un estudio de observación realizado en Francia entre 100.000 adultos demostró que las personas que consumían mayores cantidades de edulcorantes artificiales -incluido el aspartamo- tenían un riesgo de cáncer ligeramente superior.
La inclusión del aspartamo en la lista de posibles carcinógenos pretende motivar más investigación, según fuentes cercanas al CIIC, lo que ayudará a agencias, consumidores y fabricantes a sacar conclusiones más firmes.
Pero también es probable que vuelva a encender el debate sobre el papel de la IARC, así como sobre la seguridad de los edulcorantes en general.