Corea del Norte ha instado este domingo a la comunidad internacional a tomar medidas para detener el plan de Japón de verter al océano agua radiactiva tratada de la planta nuclear de Fukushima, la misma se utilizó para enfriar los reactores tras la catástrofe de 2011 , recoge la agencia estatal KCNA.
“La comunidad internacional no debe pasar por alto estos actos horrendos, inhumanos y contrarios a la paz de las fuerzas de corazón negro para contaminar este planeta azul, cuna de la vida para toda la humanidad y sus descendientes, con agua contaminada nuclearmente, sino frustrarlos a fondo a fuerza de solidaridad y unidad”, declaró el director del Departamento de Asuntos Exteriores del Ministerio de Protección del Medio Ambiente norcoreano.
El comunicado afirma que el vertido del agua al mar “tendrá un impacto adverso fatal sobre la vida y la seguridad de humanos y el entorno ecológico al provocar tumores malignos y otras enfermedades”.
Además, Pionyang señaló que si bien el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dio el visto bueno al descargo del agua de Fukushima, la entidad “no es un organismo de evaluación del medio ambiente”. “No existe ninguna disposición o cláusula en el derecho internacional que especifique que el OIEA tiene derecho a permitir que un país o región concretas viertan aguas contaminadas con material nuclear”, agregó.
Entre otras cosas, el alto funcionario mencionó, citando reportes de medios, que Japón ofreció un millón de euros (1,1 millones de dólares) a los empleados del OIEA que participaron en la preparación del informe sobre el vertido. “No es fortuito que estos escándalos salgan a la luz uno tras otro”, destacó.
El plan de Tokio de descargar más de un millón de metros cúbicos de agua tratada al océano en los próximos 40 años ha recibido un fuerte rechazo tanto dentro del país como a nivel internacional.
Algunos científicos afirman que se desconoce el impacto de la exposición a largo plazo a dosis bajas de radionucleidos y que los planes de liberación deberían ser retrasados. Otros expertos que consideran la medida segura también piden más transparencia, incluida la posibilidad de que especialistas externos participen en el muestreo y la supervisión.