Los guardacostas italianos continuaban este miércoles el rescate de las personas atrapadas en sus casas o refugiadas en los techos en varias ciudades de Emilia Romaña, en medio de las devastadoras inundaciones que golpearon la región en los últimos días y dejaron al menos ocho muertos.
En Faenza, Forlì, Cesena y Rávena varias personas fueron rescatadas con helicópteros y lanchas neumáticas. En la zona están operando 700 unidades del Cuerpo de bomberos, 300 agentes de Policía y un millar de carabineros, así como 220 voluntarios de la Cruz Roja, 100 del Socorro Alpino y unos 340 de Protección civil.
Varias carreteras y conexiones ferroviarias quedaron bloqueadas y los alcaldes de muchas ciudades, incluida Bolonia, instaron a los residentes a no salir de sus casas.
El presidente de la región de Emilia Romaña, Stefano Bonaccini, anunció que han tenido que ser evacuados 13.000 habitantes, entre ellos 3.000 en Bolonia, 5.000 en Faenza y 5.000 en la zona de Ravenna, “pero que el número está destinado a aumentar”.
Al menos ocho personas murieron. Bonaccini habló además de “numerosos desaparecidos”.
Según el ministro de Protección Civil, Nello Musumeci, 50.000 personas se quedaron sin electricidad.
En total se han desbordado 14 ríos en la región y existen inundaciones generalizadas en 23 municipios y la atención sobre el lado hidrogeológico de los Apeninos de Forlì-Cesena, Boloñesa y Rávena sigue siendo muy alta y hay informes de más de 250 inestabilidades en curso, según Protección Civil.
Las inundaciones obligaron igualmente a anular el GP de F1 previsto en Emilia-Romaña del viernes al domingo.
Se trata de una nueva desgracia para una zona azotada por fuertes lluvias hace apenas quince días, que provocaron inundaciones que dejaron dos muertos.
En algunas zonas llovieron casi 300 milímetros en pocas horas, según el diario Repubblica.
Las lluvias torrenciales siguieron a meses de sequía que secaron la tierra, reduciendo su capacidad de absorber agua y empeorando el impacto de las inundaciones, según los meteorólogos.
Las catástrofes meteorológicas están aumentando en Italia. Las fuertes lluvias en Emilia-Romaña siguieron a semanas de sequía que secaron la tierra, reduciendo su capacidad de absorción de agua y empeorando el impacto de las inundaciones.